El proceso de sustitución de importaciones que se abrió tras la devaluación le vino como anillo al dedo a muchas empresas que competían con las firmas que comercializaban productos fabricados con insumos provenientes del exterior. Herramientas Unión es una de ellas. La cooperativa formada hace casi dos años por ex trabajadores de una compañía metalmecánica quebrada, está en proceso de expansión, busca ampliar su cartera de clientes y su parque de maquinarias, capacita recursos humanos, y piensa en exportar en el mediano plazo. Aunque no consideran que se trata del mejor momento, los trabajadores de la cooperativa sí reconocen que pudieron ponerle el pecho a la crisis. De trabajar por algunas monedas al inicio de la experiencia hoy ya pueden contar con una mensualidad asegurada a fin de mes. "Buscamos que este emprendimiento crezca no sólo en clientes, en lo edilicio, en el nivel de la maquinaria y en la modernización del proceso de producción sino como empresa, para dejarle algo consolidado a nuestros hijos", relató Antonio Benatti, quien reconoció que de trabajar “toda una vida en una máquina" tuvo que encargarse del aspecto administrativo de la cooperativa. Para hacer frente a un mercado competitivo y al mismo tiempo sumido en una profunda recesión, los ex trabajadores de la empresa Domingo Lentini, no sólo debieron trabajar a destajo sino además encarar un proceso de capacitación tanto en los aspectos técnicos como empresariales y de marketing. "Debemos regular con mucho cuidado el manejo de los costos", dijo Benatti, quien recordó que pagan a valor dólar la materia prima con la que elaboran los productos con lo que luego abastecen a las industrias de todo el país. En una alquimia que demanda mucha atención, los encargados de la cooperativa tratan de equilibrar las cotizaciones que realizan a sus clientes con la cotización de la moneda estadounidense. Si bien este es un proceso lógico y rutinario para muchas empresas, no es tan sencillo para este grupo de hombres que dejaron sus máquinas y se pusieron al frente de una compañía. Originalmente eran doce socios pero por diversas razones quedaron nueve. Consiguieron un crédito reintegrable de 15.000 pesos de un fondo municipal para microemprendimientos y con eso compraron una camioneta para recorrer clientes de Misiones, Chaco, Entre Ríos, y Santa Fe. "Las máquinas no son último modelo pero están en muy buenas condiciones. Hay un proyector de perfiles que aumenta 100 veces la pieza y somos unos de los pocos que podemos templar el acero rápido", detalló el administrador de la cooperativa ubicada en Velez Sarsfield 7058. La cooperativa abastece hoy a una lista interesante de clientes. Le hacen cuchillas de acero inoxidable a Sancor; cuchillas para madera a las misioneras Maringa y Ríos Riggieri; herramientas para Fric Rot; proveen de cuchillas a Celulosa, entre otros. Saben que la clave para poder sobrevivir pasa por sumar una masa crítica de clientes, pero plantean que por los costos se les hace difícil viajar. Reciben ayuda de la Universidad Tecnológica, pero sostienen que la clave está en la calidad del producto y la atención al cliente.
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