Año CXXXV
 Nº 49.648
Rosario,
jueves  31 de
octubre de 2002
Min 15º
Máx 25º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Ariente afirmó que policías participaron en su secuestro
El cordobés, cuyo padre pagó 400 mil pesos para que lo liberaran, dijo que andará siempre armado

Federico Ariente, liberado anteanoche en una vivienda del barrio Villa Cabrera de la ciudad de Córdoba después de estar secuestrado 17 días y tras el pago de un rescate de 400 mil pesos en la localidad bonaerense de Haedo, dijo ayer que está seguro que hay policías implicados en su secuestro y que algún conocido suyo lo entregó a la banda. "No salgo más sin un arma dentro del auto. Y si tengo la oportunidad le vuelo la cabeza (a los delincuentes). Ahora voy a trabajar para recuperar el dinero pagado de rescate y no me voy a ir del país", relató.
Ariente dijo que no le desea a nadie lo que vivió, y pidió medidas severas para quienes cometen secuestros extorsivos: "Están jugando entre la vida y la muerte y tu vida pende de un hilo, porque a algún delincuente se le puede cruzar algo y te disparan por nada. Habría que tomar medidas severas para estos casos".
El joven de 23 años, hijo del industrial Raúl Ariente, contó además que está "completamente convencido que del secuestro participaron policías" y reveló que vivió el cautiverio con los ojos vendados. Para él, la banda que lo secuestró estaría integrada por unas 25 personas que actuaron con profesionalismo.
Federico expresó además su sospecha de que hubo algún conocido que lo entregó a los secuestradores, y contó que lo mantuvieron drogado durante el cautiverio. Pero el muchacho negó que su novia haya sido la entregadora.
Durante el tiempo que pasó secuestrado, Ariente reveló que estuvo en tres o cuatro casas. "Me trasladaban en autos robados y estuve completamente drogado porque me daban pastillas para dormirme", explicó.
Dijo que los secuestradores lo apuntaban a cada rato. "Amenazaban con hacerme boleta si mi papá no pagaba", contó para luego explicar que a los secuestradores los ponía nerviosos los fracasos en los pagos del rescate.
Ariente sospecha que pasó el secuestro cerca de la capital de Córdoba. "Los primeros días comí bien, y recién vi la luz cuando me soltaron", explicó.
El muchacho contó que para liberarlo, los secuestradores lo tiraron de un auto. "Con una piedra corté la soga y mareado fui a la casa de una señora que me atendió muy bien", recordó.
Según dijo, "los secuestradores estaban comunicados e informados de todo. Incluso conocían a quienes eran policías de civil y hasta se tirotearon con policías", agregó. Ariente también confió que estuvo a punto de morir durante el cautiverio: "Me ponían un arma en la boca, en la cabeza, y hasta a uno se le escapó un tiro en la habitación".
El joven liberado se quejó de las más variadas versiones que manejaban periodistas de las radios cordobesas que escuchaba durante su cautiverio, se enteró que incluso se sospechaba de que lo suyo había sido un autosecuestro o una especie de "ajuste de cuentas, por complicaciones con temas de drogas". Esas versiones, señaló, eran "una estupidez y alteraron a los secuestradores".
(Télam y DyN)


Diario La Capital todos los derechos reservados