Año CXXXV
 Nº 49.648
Rosario,
jueves  31 de
octubre de 2002
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Lavagna planteó que las negociaciones avanzan "dificultosamente"
El Fondo pone trabas con las metas fiscales
El titular de Economía partió hacia EEUU. Anticipó que no está previsto formular anuncios

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, dijo ayer que las disidencias con el Fondo Monetario Internacional, que por estas horas están trabando un acuerdo que hasta hace días parecía sellado, se centran en la situación fiscal, en los amparos y en el clima político que existe en el país.
A pocas horas de tomar el avión hacia los Estados Unidos, el titular de Economía aseguró que su viaje "no tiene la intención de cerrar un acuerdo o formular algún anuncio".
De ese modo, volvió a desechar las expresiones optimistas vertidas por funcionarios y analistas en los últimos días, que hablaban de que el sello del convenio era cuestión de horas.
"Aún no están dadas las condiciones" para cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo el ministro y reiteró que "las negociaciones avanzan dificultosamente".
Por otra parte, el funcionario aseguró que "la Argentina no va a firmar algo que no pueda cumplir" y reveló que en los últimos días surgieron nuevas diferencias en las deliberaciones.
Lavagna viajó anoche a los Estados Unidos para ponerse al frente de las negociaciones que desde el lunes realiza el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, junto a un grupo de colaboradores.
El jefe del Palacio de Hacienda puntualizó: "Hay temas que no estaban en las negociaciones y hoy (por ayer) han aparecido. Todos deben recordar la innumerable cantidad de artículos que señalaban que el tema fiscal estaba completamente acordado, pues ahora pareciera que esa cuestión no está bajo control, según la mirada del Fondo monetario".
En este sentido, precisó que las disidencias se centran en la situación de los amparos, en el clima político que existe en el país y señaló que ahora el FMI plantea dudas sobre la situación fiscal.
Con relación a las declaraciones de distintos funcionarios y analistas que afirmaban que el acuerdo estaba próximo a firmarse, el ministro comentó que "corren por cuenta de quienes las dijeron; tanto adentro (del país) como afuera", en lo que se entendió como una alusión al jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y del ex presidente del Banco Central Mario Blejer.
No obstante, pese al clima enrarecido en el que ingresó la negociación, Lavagna insistió en que para el gobierno argentino las condiciones para firmar el pacto "están dadas desde agosto, pero para el FMI es evidente que no".
Consultado sobre qué sucederá si no se llega a un entendimiento antes del 9 de noviembre, cuando la Argentina debe pagar 800 millones de dólares al Banco Mundial, el jefe de la cartera económica eludió la respuesta.
"Argentina está negociando y cuando llegue el momento veremos", se limitó a contestar en una conferencia de prensa que dio ayer a media tarde.
Lavagna ratificó que la Argentina "va a cumplir" con sus compromisos, pero reiteró que "no habrá solución para nadie si no hay crecimiento durante 2003".
"No hay chance de recuperar el valor perdido (en los activos) en los últimos años si no se recupera la senda del crecimiento", afirmó.
Por otra parte, negó que la Argentina pretenda conseguir dinero fresco de la negociación con el FMI y aseveró que "aunque nos presten no queremos fondos adicionales".
Sostuvo que "Argentina se ha sobreendeudado para tapar problemas estructurales en el sector público y en el privado", tras lo cual insistió en que "no hay intención ni deseo de obtener fondos adicionales".
El jefe del Palacio de Hacienda enfatizó que "el endeudamiento es tan grande que no es posible hacer política económica sobre la base del endeudamiento".
Durante la conferencia, Lavagna remarcó en varias oportunidades que "no es útil ningún acuerdo que no estemos seguros que se va a cumplir" y recordó que el último pacto con el FMI "sólo duró dos meses".
"La Argentina está dispuesta a hacer sacrificios pero no está dispuesta a algo que no va a cumplir. El último acuerdo duró dos meses con sobreexigencias del FMI y mucha flexibilidad del gobierno y enseguida cayó", dijo.



El ministro dijo no vendrá de su viaje con un acuerdo.
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