Carlos Chacho Alvarez eligió a la prensa extranjera para hacer catarsis pública de su frustrado paso por el gobierno de la Alianza. "Soy un fracasado", admitió ayer el dirigente, cuya renuncia a la vicepresidencia en 2000 marcó el inició del derrumbe del gobierno de Fernando de la Rúa.
Más allá de su repentino y sorpresivo ataque de nihilismo, Alvarez tampoco se privó de abordar otros temas, como el reciente triunfo de la izquierda en Brasil. En ese sentido, dijo que la victoria de Luiz Inacio Lula da Silva "es muy importante porque es un amortiguador para una región" socavada por las desigualdades y con sus democracias amenazadas.
"Hace falta una alternativa entre el populismo y el fundamentalismo de mercado. Por eso es muy importante que se rompa el síndrome de que la izquierda democrática no puede gobernar. Nosotros fracasamos en ese sentido", amplió el ex vicepresidente.
Alvarez rompió ante corresponsales extranjeros su silencio de dos años al afirmar que el triunfo de Lula "permite creer que no sólo los gobiernos autoritarios pueden gobernar la región basados en los mercados".
Democracia en peligro
Al ser consultado sobre la reciente denuncia del politólogo Alain Touraine de que agentes económicos argentinos quieren poner fin a la democracia, Alvarez respondió: "Sí, es preocupante lo que leí de él, porque estuvo en Argentina hablando con sectores del poder".
"No hay margen para un golpe militar clásico. Pero sí en una muerte lenta de la democracia. Puede ser una forma gradual, cuando la democracia es percibida por la gente como un cascarón vacío", afirmó Alvarez.
El ex vicepresidente formuló durante el encuentro, además, una prolongada autocrítica y anunció que no está dispuesto a retornar a la política porque no cree tener representatividad, ni tampoco que haya un liderazgo para organizar una oposición al PJ.
"Hay un vacío en el que lo único que aparece es la guerra entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem. El futuro presidente probablemente será del PJ. Pero con un apoyo de votos que iguala a Argentina con Ecuador y Bolivia, donde hay deserción fuerte de electorado", razonó.
Alvarez dijo observar que los precandidatos para el comicio presidencial del 30 de marzo no reúnen más de un 20% de adhesiones.
"Eso es, como dice (el politólogo) Guillermo O'Donnell, la muerte lenta de la democracia. En cambio en Brasil hay 20 años de construcción del Partido de los Trabajadores (PT). También en Uruguay está el Frente Amplio como una esperanza, al quebrarse la coalición de gobierno entre colorados y blancos", comparó el ex vicepresidente, dedicado ahora a dar clases en la Universidad de Quilmes.
Dijo que "todos necesitamos que les vaya bien a Lula y al PT. La diferencia con la Alianza argentina es que ellos hegemonizan la conducción y después se alían con sectores de la derecha".
"La Alianza dejó la hegemonía en la UCR y en sectores de la centroderecha. Me equivoqué en ser vicepresidente, porque es un puesto que tiene incidencia nula en el gobierno. Todo el Frepaso debía irse del gobierno cuando renuncié", dijo. "Soy un fracasado y sólo volvería a la política si se recuperara la mística", remató Alvarez.