| | cartas A los..."amigos" del Bank Boston
| A poco de instalarse la democracia en Argentina, hubo actos políticos que la negaron; por citar un caso, el candente por inolvidable de la "obediencia debida", que sometió la génesis, la energía de la vida, cuya valoración se asienta en los principios básicos de nuestra Constitución nacional. Sobrevinieron acontecimientos que la socavaron más y más, exacerbándose en medio de un montaje para la sociedad del espectáculo, en exhibición distractiva de lo real, una fiesta que para algunos sigue en pie. Ingenuos no somos, estamos imbricados en este tejido social. Pero, como muchos, soy inocente; no somos los actores de gobiernos que no nos representan ni somos actores de la confabulación política, jurídica y económica instalada en el país en diversas sectas que juegan a medir (se) "quién apunta a la mejor estocada". Mi dolor es antiguo, no es de ahora. Aunque sea fútil y banal para los que hunden sus lanzas sobre el ser mismo de cada sujeto, escribo con palabras que no se emplazan en el mercado, escribo para recuperar mi mirada por sobre las turbulencias, entre ellas, las engendradas por la perversión del poder y de las instituciones donde se sostiene. Escribo en el anhelo de otorgarme señales de vida ciudadana, porque se me ha agraviado en mis bienes materiales y simbólicos de un trabajo ejercido en la educación y la cultura. Y no puedo omitir, porque de esto también se trata, las veces que el Bank Boston reprodujo en su ámbito, con los arpones previstos para cada ocasión, el drenaje en provecho de su propia hacienda: detalles de una historia que no se lee en sus planillas. Y menciono algunos actos anteriores al "corral" y su consecuente. a) Apertura de una caja de seguridad para trasladar los ahorros depositados en la entidad nombrada. Negación al traslado en ese mismo día. b) Nos presentamos el viernes 30 de noviembre de 2001 para efectuarlo. El reclamo no tuvo el efecto debido a derecho. c) Nueva negativa del lunes siguiente, ya instalado el "corral", pese a presentar el papel que se nos había entregado para realizar el movimiento en tal fecha. Actualmente hay opciones, dicen. Por haberlas escuchado, pienso y siento que me colocan en el lugar del reo, puesto allí sin pruebas, para que firmando una opción, firme mi propia sentencia civil. Todavía escribo desencajada y me sigo diciendo que un derecho no se restituye si llega tarde. Con los años que tengo (porque no alcanzan los 75 requeridos) no puedo seguir esperando ante la prepotencia de los burladores que no tejieron el paño. DNI 2.834.927
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