| | Procesan a un policía que fraguó una declaración en 1996 Es un oficial que adulteró el interrogatorio del imputado por un accidente de tránsito y así lo perjudicó
| Un oficial de policía fue procesado por la Justicia al comprobarse que plantó pruebas con la intención deliberada de perjudicar a un conductor acusado de lesionar en un choque a un motociclista que circulaba de contramano y sin casco. Junto con el policía también fueron procesados dos testigos falsos que supuestamente presenciaron el episodio y que no estuvieron en el lugar . Se trata de Miguel Eleuterio Gómez, quien al momento de ocurrir los hechos era oficial principal y revistaba como sumariante de la subcomisaría 20ª. Según la investigación que realizó el juez de Instrucción Luis María Caterina, Gómez borró con líquido corrector la declaración del automovilista imputado y luego escribió otra cosa que lo perjudicaba abiertamente. De ese modo el conductor quedaría como el único responsable de las lesiones sufridas por las dos personas que iban en la moto. El accidente ocurrió en 1996 y en ese momento nadie supo sobre la existencia de testigos presenciales del choque, donde resultaron heridos los dos sujetos que iban en la moto. Así lo documentaron dos agentes de la subcomisaría 20ª en el acta de procedimiento, donde dejaron constancia de que no se había identificado a ninguna persona que pudiera contar lo sucedido. Ni siquiera los ocupantes de la moto y el conductor del auto vieron testigos. Por eso pareció extraño que después apareciera una pareja que contó con amplios detalles cómo había sido el choque. Pero más llamativo resultó el hecho de que el relato de estos testigos coincidía casi puntillosamente con lo que declaró el motociclista. Las sospechas sobre esta situación motivaron la apertura de una investigación paralela a la del choque. Así se descubrió que el oficial Gómez adulteró la declaración de la persona a la que se responsabilizaba por el incidente de tránsito. Y también que había falseado el croquis demostrativo del lugar del hecho, una prueba sustancial en cualquier sumario policial de este tipo. Ahora el juez Caterina dictaminó que hay pruebas contra el oficial para procesarlo por falsificación de documento público. El magistrado dijo que los testigos "simplemente aparecieron" tiempo después del episodio, y que nadie pudo dar una explicación razonable para esa tardía declaración. Caterina tuvo en cuenta además una pericia según la cual el policía fue el único que pudo adulterar la declaración del automovilista imputado. La cuestión fue simple: la corrección fue realizada con la misma máquina de escribir que estampó la frase original luego borrada con líquido corrector. Los testigos plantados también fueron procesados. Están acusados de falso testimonio, un delito que en este caso se sanciona con penas de prisión de uno a 10 años.
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