Año CXXXV
 Nº 49.646
Rosario,
martes  29 de
octubre de 2002
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La Iglesia criticó "la carnicería mediática" contra Grassi
La Conferencia Episcopal acusó al periodismo y pidió tratar el tema con "prudencia y no prejuzgar"

El Secretariado Nacional para la Familia, de la Conferencia Episcopal Argentina, criticó ayer "esta verdadera carnicería mediática despiadada" desatada contra el cura Julio César Grassi, detenido bajo el cargo de abuso de menores.
La declaración critica el ejercicio de la "violencia" en los medios, dada "esta verdadera carnicería mediática despiadada instrumentada contra el sacerdote y la propia Iglesia", a la par que les pide a los medios que "por favor sean prudentes y responsables".
El texto dice que "el caso del padre Julio César Grassi no hace más que desnudar claramente las imperfecciones de nuestro sistema de vida. Porque si las acusaciones fuesen ciertas, no podría aceptarse de ningún modo que pudiera existir un sistema cuasi mafioso que le habría permitido vivir tan ignominiosamente todos estos años, delinquiendo con la protección de tantos humildes como ricos y famosos". La entidad señala que "no podría aceptarse de ningún modo que tanto la sociedad organizada como Estado, como la sociedad fáctica que rodea tan loables emprendimientos, hubieran estado tan ausentes de ejercer los controles mínimos que aseguraran a los niños albergados en la Fundación Felices los Niños no sólo instrucción y comida, sino una vida digna y alejada de la degeneración de un pederasta.
"Si las acusaciones fuesen ciertas, mucho tendríamos que discutir el papel que cabe a tantos por las responsabilidades no asumidas. Pero, ¿y si no son ciertas? -se pregunta el Episcopado- ¿Cómo asumirían los medios de difusión su responsabilidad por esta verdadera carnicería mediática, despiadada, en la que a partir de un supuesto caso puntual, se ha dado en discutir desde el celibato a la masturbación, o la actitud de la Iglesia frente al uso del preservativo o la convivencia de muchos hombres en un seminario?".
Además, señala que "no se puede acudir a recursos mezquinos para destruir a un sacerdote en su ministerio ni ensañarse con una institución que ha dado tanto a la Patria y a la humanidad. Una institución tan santa como para darnos a la Madre Teresa y sus monjas, y tan pecadora como para dar algunos malos ejemplos. No debemos prejuzgar y confiar en la Justicia".
"Cuando se quita a Dios del escenario social, la Verdad absoluta desaparece. Y es reemplazada por las verdades obtenidas por consenso, la verdad de la ideología de turno o la verdad de los medios. Estas verdades no tienen la fuerza que la Verdad absoluta tiene en sí misma y deben imponerse por la fuerza de la violencia. La violencia de algunos medios, en este caso, nos están diciendo: «El padre Grassi es culpable. La Iglesia es culpable»". (Télam)


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