Carlos Duclos / La Capital
El actual sistema procesal que rige en la provincia de Santa Fe y en todo el país es "pesado, complicado, ineficaz y frustrante", dijo el profesor de Derecho Procesal Civil Marcos Peyrano. El profesional, un estudioso del proceso judicial, opinó que este viejo modelo atenta contra la eficacia de la justicia que reclaman no sólo los ciudadanos sino los propios operadores judiciales. -¿Cuál es la situación actual de la administración de justicia en la provincia? -Hay algo claro e innegable: el diseño procesal actual no funciona como debería y se reduce a un mecanismo pesado, complicado, ineficaz y frustrante tanto para los operadores jurídicos como para los ciudadanos que deben acudir a la justicia. Ahora bien, esta situación no es propia solo de nuestra provincia sino que es uniforme a nivel nacional y día a día nuestros jueces y funcionarios intentan seguir llevando adelante con gran esfuerzo personal su función de administrar justicia con herramientas cada vez más escasas y desactualizadas. -¿Se refiere a los medios económicos? -No sólo a lo económico, que es muy importante, sino también a las herramientas procesales con las que contamos los abogados y los jueces para actuar en el proceso. Aquí se registra la gran paradoja: todos los grandes maestros, que incluso diseñaron en su momento este sistema procesal que nos rige, jamás dejaron de resaltar una premisa que parece hoy olvidada, esto es que el derecho procesal no es más que un instrumento concebido para llevar a la realidad los derechos prometidos por la ley sustancial. ¿De qué nos sirven la Constitución y los códigos civil, comercial o penal, por más actualizados y completos que se encuentren, si nuestros jueces no cuentan con las herramientas idóneas para aplicarlos en tiempo y forma? -¿El Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe debe reformarse? -Es la respuesta lógica, pero aquí surgen dos posturas definitivamente opuestas al respecto: una favorable al cambio y renovadora, y otra conservadora, que ve al clásico régimen procesal como una obra "intocable" y que debe respetarse "a rajatabla". Esta posición lleva al rechazo sistemático de todo nuevo instituto o herramienta procesal que no responda al esquema tradicional, como si se tratara de ataques a un dogma establecido e indiscutible. Nos parece que olvidan quienes apuntalan esta forma de pensar que el derecho procesal es eminentemente dinámico y que su propia esencia lo lleva a amoldarse a la realidad de cada tiempo en miras a cumplir con su función de vehículo de justicia. Mientras tanto, vemos como otros ordenamientos (vecinos y lejanos) se van renovando sin que esto genere cataclismo legal alguno. Como ejemplo podemos citar la reciente reforma al procedimiento civil español de 1855 (el cual sirviera oportunamente de modelo a la mayoría de los códigos procesales actualmente imperante en nuestro país) mediante la sanción de la Ley de Enjuiciamiento Civil Nº 1/2000, la cual consagra expresamente herramientas como las cargas probatorias dinámicas y el procedimiento monitorio, entre otras innovaciones. -¿Existe alguna iniciativa de reforma? -Si, en este momento se encuentra trabajando una comisión de reforma del Código Procesal Civil y comercial en el ámbito de la Legislatura provincial (ver aparte). A su vez, desde el Ateneo de Estudios del Proceso Civil de Rosario venimos trabajando en este mismo sentido, estudiando y analizando seriamente las nuevas herramientas e institutos y su posible utilización para mejorar la tramitación de los juicios en nuestra provincia. En definitiva, creo que la idea fuerza que debe preceder a todo movimiento reformista debe ser el convencimiento de que algo ya no funciona y la intención de subsanar ese defecto. Por supuesto, todo cambio implica riesgos y genera resistencias. Pero estando en juego un bien de la vida tan primordial como la justicia misma, bien vale la pena el intento. -¿Será una reforma total o parcial? -Hasta donde sabemos, la reforma a la que apunta el proyecto será parcial y eso creo que refleja el punto hacia el cual apuntamos quienes apoyamos este cambio: debemos luchar contra la inercia de lo establecido cuando resulta claro y necesario su superación.
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