"Me siento robado totalmente. Sin ganas de seguir trabajando, sin fuerzas. Golpeado anímicamente por un tipo que se me rió en la cara", sostuvo con total firmeza el delantero Silvio Carrario sin pensar en posibles consecuencias por criticar de esta manera al árbitro Rafael Furchi. Es que no le importaba medir sus palabras. Tenía razón, la actuación del juez fue pésima y perjudicó notoriamente a Olimpo. "Para mí estaba consciente de lo que hizo. Por eso no dio ninguna explicación, no tenía cara para hacerlo. No nos dijo nada", remarcó el Tweety. Su bronca llegó a la categoría de vergüenza ajena, y no tuvo empacho en reconocerlo. "Me dio vergüenza que haya salido a dirigir en el segundo tiempo. Lo miraba y me daba vergüenza. Me sentí robado totalmente, estafado". Y según el ex delantero de Central Córdoba todo comenzó cuando Furchi les anticipó que "a Manso no se le pega" y en la jugada del penal que le comete Grabinski, en la jugada que precedió a la expulsión de Héctor González. "El defensor de Newell's se me tira arriba del pie, del cuerpo. Me hace un tackle de rugby. Desgraciadamente nos ponen a un árbitro que había sido un desastre en un partido ante Quilmes (en la B Nacional) y lo suben a primera y nos dirige justo a nosotros. Son cosas rarísimas", disparó Carrario. Por último, reiteró el concepto que le quedó grabado a fuego sobre el árbitro al sostener que "es muy difícil jugar cuando un referí te condiciona como lo hizo Furchi. Por más fuerza de voluntad que uno ponga. Es cierto que tuvimos una actitud, una fuerza de equipo bárbara, pero ya nos habían robado".
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