Con su triunfo del domingo en el torneo de tenis de Basilea, que se desarrolló sobre carpeta, David Nalbandian demostró que a los 20 años es un jugador que domina todas las superficies, lo que sumado a su formidable juego hace que su futuro no tenga techo. Como para no escaparse de la media de los argentinos formados sobre canchas lentas, Nalbandian consiguió este año su primer título del ATP sobre polvo de ladrillo, la superficie preferida de los tenistas criollos, en Estoril, Portugal. Sin embargo el jugador cordobés, nacido en Unquillo y quien forjó sus primeros pasos en una cancha rápida que su padre construyó al lado de su casa, dio el gran golpe en julio de este año cuando arribó sorpresivamente a la final de Wimbledon, sobre césped. Justamente sobre el césped de Londres -la superficie que menos les gusta a los argentinos-, Nalbandian logró superar estadísticamente nada menos que a Guillermo Vilas, el mejor de todos los tiempos, quien sólo había podido llegar a los cuartos de final de ese torneo en 1975 y 1976. Luego de alcanzar semejante logro -lo más importante del tenis argentino entre los varones desde que Vilas perdió la final de Roland Garros en 1982-, el oriundo de Unquillo sufrió un bajón en su juego, lo que derivó en sucesivas caídas en primera ronda hasta que llegó el Masters Series de Toronto. Allí, Nalbandian volvió a ser el mismo de Wimbledon y sobre la cancha rápida del torneo de Canadá fue dejando rivales en el camino, entre ellos el inglés Tim Henman, para recién perder en los cuartos de final con Andy Roddick. Nalbandian, quien compartió la época de juniors con jugadores de la talla de su compatriota Guillermo Coria y el suizo Roger Federer -actualmente el octavo del mundo- fue semifinalista de Wimbledon -se equivocó el horario y fue descalificado- y campeón junior del US Open, ambos en 1999. Luego de un par de años de transición, Nalbandian demostró en el 2002 que aquello no fue casualidad y volvió a conseguir muy buenos resultados en esas superficies, a lo que le sumó lo hecho en Basilea, sobre carpeta, la más veloz de las canchas. Antes de llegar a la final, Nalbandian derrotó a dos top ten -el inglés Tim Henman y el suizo Roger Federer- y en el partido decisivo jugó con gran suficiencia y contundencia ante una de las revelaciones de la temporada, el chileno Fernando González. De esta manera, Nalbandian, quien se convirtió en el primer argentino en ganar un torneo sobre carpeta desde que Vilas lo hiciera en Richmond, en 1983, se destacó en el 2002 en todas las superficies y se sumó a Cañas, el otro todo terreno del tenis argentino. La victoria de Nalbandian llega en un año notable para el tenis argentino, en el cual ya cosechó ocho títulos, además de alcanzar la semifinal de la Copa Davis y ganar la Copa de las Naciones, por equipos, en Duesseldorf. Y cuando sólo resta un torneo para el final de la temporada, todo parece indicar que el 2003 será un gran año para el tenis argentino, donde seguramente alguno de los integrantes de la legión -Nalbandian, Gaudio, Chela, Cañas y hasta los más jóvenes Coria y Acasuso- puedan llegarse a ganar un lugar en el selecto grupo de los diez mejores del mundo. (Télam)
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