Las zonas norte y oeste aparecen claramente como los distritos que pudieron generar mayor número de iniciativas que incluyen a beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados. El dato no es casual: "Hay lugares donde la gente está más habituada a desarrollar tareas solidarias. En cambio, hay muchos beneficiarios que han sido excluidos recientemente del mercado laboral y nunca han participado de proyectos comunitarios, entonces se les presentan muchas dudas e inseguridades", explicó el titular de Promoción Social de la Municipalidad, Miguel Zamarini. Así, los barrios del sur de Rosario y el centro de la ciudad resultaron los "más débiles" en cuanto a la posibilidad de concretar tareas comunes. No es que no se hayan sumado a propuestas particulares. Por ejemplo, la zona sur fue la que más familias aportó al programa de huertas comunitarias desarrollado por la Municipalidad; sin embargo, no se entusiasmaron tanto con la posibilidad de desarrollar comedores comunitarios, copas de leche, costureros, apoyo escolar u otros proyectos comunitarios. "Sin duda, la diferencia está en la cantidad de instituciones que funcionan en cada lugar. La movilidad de población que se dio en la zonas norte y oeste llevó a que la gente tenga que organizarse para reclamar más servicios o mejor calidad de vida y así empezaron a desarrollar estas experiencias comunitarias que los ayudan a vivir mejor", concluyó el funcionario.
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