Grassi quedó enredado en un escándalo con la empresa Hard Communication (propiedad de Jorge Born, Jorge Rodríguez, Roberto Engels, Federico Quirno y el fallecido Rodolfo Galimberti), que promocionaba unos juegos en el programa de Susana Giménez, con fines de obtener ayuda para esa entidad. En 1998, Grassi aseguró ante los medios de comunicación que habría sido estafado por la Hard Communication porque había recibido mucho menos dinero del que debían darle. Eso llevó incluso a que, durante una entrevista, Grassi especificara cuánta plata necesitaba para terminar su obra, a lo que la propia Susana Giménez le preguntó: "Pero, padre, ¿qué quiere hacer, un Sheraton?". Más allá de las cámaras, Grassi recibió una ayuda de Hard Communication y de Susana Giménez, según admitieron ambas partes. Y, cuando llegó el momento del juicio oral para ventilar la supuesta defraudación, el sacerdote evitó presentase como querellante. Hace sólo un mes, los responsables de la firma fueron absueltos de culpa y cargo. Y, tras esa sentencia, no descartaron iniciar acciones legales contra Grassi ya que -dijeron- el sacerdote "tenía un discurso ante las cámaras y otro ante la Justicia". (DyN)
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