La compleja interna peronista quedó ayer en medio de un laberinto judicial. Es que la magistrada federal María Servini de Cubría derivó a la Cámara Nacional Electoral todo lo relativo a la disputa sobre las atribuciones que tienen tanto el consejo como el congreso del PJ. De este modo, se potenció la incertidumbre sobre la realización de los comicios partidarios. Lo cierto es que esta situación, sumada a las derivaciones políticas de la disputa entre menemistas y duhaldistas, cambiaron en menos de 24 horas el complicado panorama dentro del justicialismo. En ese breve período, la Justicia suspendió la convocatoria al congreso extraordinario del PJ, el duhaldismo replicó con un llamado a continuar el congreso ordinario interrumpido en diciembre pasado y, luego de una presentación de ambas partes ante Servini, la magistrada elevó toda la causa a la Cámara, que no tiene plazos para expedirse. Para colmo, tras la renuncia de Carlos Reutemann a la vicepresidencia del congreso peronista (en realidad estaba a cargo por la dimisión de Eduardo Duhalde), el senador Jorge Busti, quien debe reemplazar al gobernador santafesino, admitió que también podría dar un paso al costado. La decisión de Servini de elevar a la Cámara todas las actuaciones puso en riesgo la internas partidarias, porque lo que está en duda son las atribuciones tanto del consejo, hegemonizado por el menemismo, como del congreso, manejado por Duhalde. El propio Carlos Menem admitió las dificultades. El ex presidente y actual precandidato dijo que las internas "deberían ser el 15 de diciembre, pero hay maniobras que crean incertidumbre, lo que es muy malo para la Argentina". La controversia entre los dos sectores se incentivó cuando, con el fin de contrarrestar el fallo de Servini que había suspendido el congreso extraordinario convocado para el martes próximo, el duhaldismo llamó para el mismo día al ordinario, que el 10 de noviembre de 2001 se reunió en Lanús y pasó a cuarto intermedio. Sin embargo, el menemismo pidió la nulidad de esa convocatoria por entender que el congreso, que había pasado a cuarto intermedio para febrero o marzo de 2002, ya tenía su prórroga vencida. Los duhaldistas, por su parte, solicitaron a la jueza que ratificara la validez de aquel congreso. Fue entonces cuando Servini decidió elevar todas las actuaciones a la Cámara. Para profundizar la controversia, Busti dejó traslucir la posibilidad de hacerse a un costado. Admitió que "la renuncia de Reutemann a la mesa del congreso justicialista complica las cosas y hace que deba reconsiderar mi continuidad en el organismo". "La participación de Reutemann era una garantía de trabajar por la unidad del peronismo y, al irse, nosotros no queremos quedar presos de una pelea judicial, donde si se tira de la cuerda desde los dos lados se puede llevar a la división y fractura del movimiento", explicó Busti en una clara muestra del espíritu que prima en una parte del PJ. Ese congreso fue convocado para postergar la fecha de las internas en el justicialismo, que el consejo ratificó para el 15 de diciembre, y la designación de una nueva junta electoral que controlará el proceso. En tanto, el precandidato del PJ Adolfo Rodríguez Saá atribuyó los problemas internos a "una disputa entre Menem y Duhalde". Su par José Manuel de la Sota fue contundente: "La situación es un papelón". Además, el cordobés comparó al riojano con el "gordito de la barra que era dueño del fútbol y que siempre quería imponer las reglas de juego". Y volvió a reclamar una nueva junta electoral. Mientras, el presidente del PJ santafesino, Angel Baltuzzi, aseguró que "hay que terminar con el gobierno de los jueces", en relación al fallo que dejó sin efecto la ley de internas abiertas.
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