| | Desligan a un policía del homicidio de un chico Lo acusaron de balear a un joven que había arrebatado una cartera en barrio Martin. Para el juez faltaron pruebas
| Un policía involucrado en el homicidio de un chico de 20 años ocurrido en 1997, en la presunta persecución de un arrebato, fue absuelto por falta de pruebas en su contra. Se trata del sargento Marcelo Luis Muniagurria, que estuvo detenido como autor del crimen. La medida también favoreció al suboficial Juan José Bilbao, a quien imputaban encubrir el caso, por no dar cuenta del ingreso del muchacho herido al Hospital de Emergencias. El hecho en que resultó herido de bala Hugo Eduardo Figueroa ocurrió el 23 de enero de 1997, a las 18, cuando viajaba como acompañante en la moto Honda Dax de su amigo Federico Roig. Según el relato de Roig, cuando circulaban por 3 de Febrero y 1º de Mayo su amigo intentó arrebatarle la cartera a una mujer. Al llegar a Alem y Mendoza -aseguró- un hombre que los perseguía desde una moto Garelli, al parecer con la intención de reprimir ese delito, disparó cinco veces su 9 milímetros. Uno de los proyectiles atravesó a Figueroa por la espalda e hirió al conductor. Roig sufrió lesiones menores pero Figueroa falleció tras 3 meses de agonía en el Hospital de Emergencias. Entonces sus padres concurrieron a la seccional 5ª a denunciar el hecho, por el cual primero fue apresado el policía Victoriano Francisco Spinelli. El uniformado fue vinculado al caso porque Roig había comentado que el autor del disparo era "parecido a un tal Carozo que hace adicionales en el Parque Independencia". Pero al ser detenido, Carozo Spinelli dijo que el fotofit confeccionado por el chico correspondía a Muniagurria y que, según comentarios, éste había sido el autor del hecho. Muniagurria fue detenido y Roig lo reconoció en rueda de personas como "el más parecido" al autor del hecho. Lo procesaron porque revistaba en la comisaría 1ª, con jurisdicción en el lugar del hecho, y porque por ese entonces tenía un ciclomotor parecido al descripto por Roig. Ahora el juez de Sentencia Antonio Ramos lo absolvió y dispuso su libertad porque las pruebas en su contra eran insuficientes para condenarlo por el crimen. Entendió que el reconocimiento no fue lo suficientemente "claro y preciso" y que nunca se esclarecieron del todo las confusas circunstancias del hecho. Incluso otros testimonios manifestaron que el crimen había ocurrido en la zona sur. El propio Roig, según Ramos, era un "un testigo comprometido con un ilícito por participar en un arrebato que no denunció porque no quería tener problemas con la policía". En cuanto Bilbao, procesado por no dar cuenta a la policía del ingreso del joven herido desde su puesto en el destacamento policial del Heca, el juez concluyó que la omisión podría haberse producido por problemas de comunicación con los médicos del centro asistencial y no con una intención de encubrimiento. En ese sentido tuvo en cuenta un informe del hospital consignó que, en casos de heridos de bala, la prioridad es "de tipo asistencial" y luego los médicos de guardia comunican el hecho al destacamento "en forma verbal". En consecuencia, según el magistrado, no se demostró el que Bilbao hubiera actuado con dolo.
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