Aún sin el caso testigo de la reestructuración de deuda pública por parte del Estado, unas 30 empresas de primera línea iniciaron este año procesos de renegociación con sus acreedores. Así lo registró un relevamiento de la Fundación Capital sobre una muestra de cien corporaciones, de las cuales la mitad entró durante este año en algún tipo de incumplimiento de pagos.
El informe de la entidad destaca que la reestructuración de la deuda pública y la renegociación de tarifas de servicios públicos son los temas a encarar por el gobierno, al cabo de estos "cien días de estabilidad" en el mercado cambiario y financiero. Esto se ajusta al reclamo que realizan sobre todo las empresas concesionarias de servicios públicos, que quieren garantizarse los ajustes para poder renegociar con los acreedores.
Pero aún en este panorama, una treintena de empresas empezó este año conversaciones con sus acreedores para estirar los plazos del endeudamiento. De este grupos, sólo ocho logró reestructurar su deuda mientras que 14 llegaron a acuerdos provisorios de prórroga en los pagos o modificación en las condiciones originales de los títulos. El resto se encuentra en proceso de negociación.
Los analistas de la fundación destacaron que las renegociaciones iniciadas partieron de dos tipos de situaciones:
u Las empresas que no entraron en cesación de pagos realizaron canjes voluntarios para adecuar la estructura de capital a la situación de extrema iliquidez del mercado. En estos casos, "las condiciones impuestas y las garantías ofrecidas fueron menos restrictivas que en los casos de reestructuraciones compulsivas de empresas ya en defalut", señalan.
u En el caso de las reestructuraciones de firmas en cesación de pagos, la motivación consistió básicamente en evitar la quiebra y liquidación.
"En cualquier caso, estas reestructuraciones fueron exitosas tanto en el grado de aceptación por parte de los acreedores como en el mejor perfil de vencimientos de deuda conseguido, que supone un alivio financiero de corto plazo para las empresas", señala el informe.
Los economistas de la Fundación Capital subrayaron que sólo 7 de las 100 empresas que integran la muestra utilizaron el concurso de acreedores para arreglar con sus acreedores.
Dentro de las renegociaciones, los acuerdos giran en torno a la prórroga de pagos de los servicios de deuda. Aún no se observan casos de quitas de capital o reducción e las tasas de interés.
Cambia el mercado
El mercado de deuda corporativa descansa actualmente en dos situaciones: las cesación de pagos y los acuerdos provisorios con los acreedores.
Según la entidad que conduce Martín Redrado, en el año 2002 se emitieron obligaciones negociables por 3.478 millones de dólares, un 42% menos que el año anterior (5.978 millones de dólares).
En realidad, la mayoría de estas emisiones correspondieron a canjes de deuda. Entre ellos los de Alto Palermo, Banco Hipotecario, Banco de Galicia, Banco Sudameris, Impsa, Pecom, Telefónica y Tecpetrol.
Por otro lado, cambió el ciclo de los negocios en materia de endeudamiento. Mientras el sector de servicios públicos y el bancario pierden protagonismo, los "nuevos actores de la deuda corporativa" son el petrolero y el metalúrgico, que quedaron en mejores condiciones luego de la devaluación.
Otro cambio significativo es el de los plazos. En el 99, el 60% de las emisiones se pactaron a menos de 12 meses y, en el 2001, las emisiones a corto plazo fueron el 77%.
Sin embargo, este año la tendencia se revirtió. El 70% de las emisiones fueron a largo plazo. En gran medida esto se debe a los canjes de deuda por nuevos títulos con vencimientos más largos, en rigor uno de los pocos beneficios a los que pueden aspirar los deudores que empiezan a negociar. No se conocen casos aún en los que la renegociación haya terminado con una quita de deuda o reducción del servicio de intereses.
"La situación y evolución del mercado de deuda corporativa usualmente se describía a partir de las condiciones de emisión de bonos de las empresas pero ahora las condiciones del mercado se manifiestan por los casos de default y reestructuraciones", señala el informe de la Fundación Capital.
De una muestra de 100 empresas, aproximadamente 50 estuvieron "involucradas en algún evento de default" como ser la cesación de pagos de capital o intereses, o el incumplimiento de las condiciones originales de los títulos, generalmente mediante la pesificación de los pagos.
De un total de 6.757 millones de dólares que vencieron por capital e intereses en los tres primeros trimestres del año, 1.546 millones cayeron en default. Entre los casos de pesificación, la mayor parte se concentró en el sector bancario y, dentro de este grupo, en particular en los bancos nacionales o de capital extranjero no extendidos por el resto de Latinoamérica.
Los vencimientos de deuda privada para los próximos meses del año suman otros 1.250 millones de dólares. El mayor peso lo carga el sector bancario, con vencimientos 514 millones, seguido por el de telecomunicaciones, 273 millones, y gas, por 259 millones. La falta de definición en torno de la reestructuración de la deuda pública y la renegociación de tarifas de servicios públicos complica la renegociación de la deuda de estos sectores, por lo cual "caben esperar más defaults corporativos por lo que resta del año".
La Fundación Capital señaló también que el stock de obligaciones negociables este año se ubica en 19.658 millones de dólares, 2.400 millones menos que el año anterior, aunque este cálculo no toma en cuenta los 1.500 millones de dólares que están en default.