La experiencia muchas veces permite tomar todo con calma. Aunque la ansiedad se hace presente a cada instante. Héctor Rodolfo Veira, el hombre que siempre quiso tener el presidente leproso, volverá a sentarse en un banco de suplentes luego de una ausencia de varios meses. Por eso se prepara para su gran día. Esta vez conduciendo los colores rojinegros.
Tranquilo. Así se lo notó al Bambino en toda la jornada de ayer, cuya figura obnubila a los jugadores. Condujo la última práctica, se colocó la carpeta de las anotaciones bajo el brazo y con un transitar cansino se dirigió hacia el ómnibus que lo aguardaba para regresarlo al hotel Conte de esta ciudad deslizando sus sensaciones al cronista de Ovacion.
"Yo espero los partidos con la máxima concentración. En esta profesión eso es clave", contó con ese hablar pausado y transmitiendo serenidad, la misma que intenta hacerle llegar a sus dirigidos. "Hicimos todo lo que puede ocurrir mañana (por hoy) y los jugadores saben lo que deben hacer dentro de la cancha en todo sentido. Así que de acá hasta el momento del encuentro uno se debe concentrar".
A esta altura de su carrera los nervios parecen estar ausentes. Ese síntoma parece no hacerse presente en su humanidad. Y eso es lo que confiesa el propio técnico. "Sinceramente, no me pongo nervioso. Sí ansioso", expresa el Bambino mientras observa una vez más cada una de las anotaciones que realizó en su hoja de apuntes.
El viento sopla con insistencia y desacomoda su peinado. Los dedos de la mano izquierda los utiliza como si fuese un peine y mientras repasa su cabello reitera que está "tranquilo y concentrado". En esta ocasión se cuida en utilizar la palabra que lo caracteriza: "Motivado".
Ultimando detalles
Después del almuerzo, Veira se quedó en su habitación descansando y "ultimando los detalles", como confesaba más tarde. Estuvo caminando y pensando en cómo se puede dar el encuentro. Su intención era no dejar nada librado al azar, por eso "mañana (hoy) voy a analizar la formación de Gimnasia para aplicar la estrategia a utilizar", después de que se levante a desayunar a las 9.
Las horas de la espera previa se fueron consumiendo. Luego de observar los encuentros televisados junto a sus colaboradores, el Bambino se encerró en su habitación para descansar y aguardar la llegada del domingo más esperado de los últimos tiempos. El día que quedará en el recuerdo leproso. Porque será el día en que Veira debutó como técnico de Newell's.