José M. Petunchi, Luis Castro, Mariano Bereznicki y Gustavo Conti / La Capital
Julio Alberto Zamora está arrepentido. Le pidió disculpas a Ovacion por la parte que le tocó en la bochornosa conferencia de prensa después del empate con Lanús que determinó su salida del cargo de técnico de Newell's. Y admitió a su manera que la reunión secreta antes de ese partido para tratar su sucesión existió. Si bien no da crédito a la posibilidad de que un integrante de su cuerpo técnico haya conspirado contra él, tampoco pone las manos en el fuego como lo hizo el domingo. Por supuesto, también tocó todos los temas: lo que hizo bien y mal, Veira, su futuro. La cita era con Zamora pero el Negro llegó al bar del parque Independencia acompañado por uno de sus ayudantes, Carlos Panciroli, y esperaba a otro, Rubén Rodríguez, que nunca llegó. El restante integrante del ex cuerpo técnico, Sergio Almirón, parece que no estaba citado. A Zamora aún se le notaba en su mirada triste las secuelas del que fue uno de los días más dolorosos: despedirse del cargo que ostentaba desde hacía ocho meses cuando reemplazó a Juan Manuel Llop. Si hasta pareció en sus palabras que no había asimilado haber dejado de ser el técnico de Newell's. -¿Seguís con bronca? -La bronca fue en aquel momento por lo que había salido publicado. Pero ya está, ahora estoy fuera de Newell's y por eso quería conversar con ustedes (con Ovacion) para pedirles disculpas porque el del domingo no era yo. Por ahí la inexperiencia me llevó a reaccionar así en la conferencia de prensa. Por eso el motivo de esta reunión es para pedir disculpas, porque es de humano también. -¿Charlaste con Almirón sobre este tema? -No, no hablé con él porque me parece que no es un tema para hablarlo ahora. El tiempo dirá qué fue lo que verdaderamente pasó. Decidí tomar la postura de esperar porque sé que ahora no voy a encontrar nada. -¿Seguís pensando que te fuiste por culpa del diario? -No. Me pude haber equivocado cuando dije eso. Pero seguramente que entre los comentarios y los resultados, que no nos ayudaron, hicieron de todo esto una bola más grande. Si antes de esto hubiéramos ganado uno o dos partidos hoy seguiría como entrenador. -¿Te convenciste de que la reunión para desestabilizarte existió? -Sigo pensando lo mismo que el otro día. Me pude haber equivocado en un montón de cosas, en lo que no me voy a equivocar es en la persona que soy. Seguro que tengo enemigos porque si tuviera sólo amigos todo sería color de rosa. -¿A los enemigos los notás más cerca de lo que pensabas? -No sé. Creo que la gente que trabajó conmigo no va a ser mi enemiga, porque vos te das cuenta. O a lo mejor no. Pero, a lo que nos referimos, no creo que haya pasado lo que pasó. Si hubo alguna reunión, los que estaban conmigo no fueron. -Hace un par de días admitiste en una nota en el diario El Ciudadano que puede haber existido esa charla. ¿Eso quiero decir que algo sospechás? -Cuando salen publicadas esas cosas es porque algo de cierto hay, de lo que yo estoy seguro es de que la gente que estuvo al lado mío no fue. Y que Saldaña tampoco estuvo. -Estamos en condiciones de ratificarte todo lo publicado el domingo, por más que algunos se rasguen las vestiduras para desmentirlo. -Tengo que creer en la gente que está al lado mío, porque sino no podría vivir con mi esposa ni con mis hijos. Esto es como cuando te dicen: "Tu esposa te engañó". No lo creo pero a lo mejor es cierto. El tiempo dirá qué es lo que pasó. Acepto que si hubo ese comentario es porque alguna persona estuvo, de parte de los que están al lado mío no creo, aunque uno se puede equivocar. -Lo que sí es necesario aclararte es que nunca hubo animosidad ni oscuras intenciones. Y además, al margen de la nota, la sensación es que tu situación al frente del equipo ya se venía decantando de antes. -Lo que pasa es que esto me llevó a pensar que si la gente que trabaja al lado mío está haciendo algo distinto a lo que yo pienso, tengo que reaccionar. La actitud mía fue renunciar, decir: "Bueno, hasta acá llegamos". Si existió esa reunión para desestabilizarnos, eso va a seguir pasando, porque cuando se pierdan dos partidos volverá a suceder. Y eso es lo que tenemos que cambiar en el club. Por eso me alejo, porque no quiero ser partícipe de lo que puede llegar a venir en Newell's. -El lunes a la tarde cuando pediste disculpas (estaba solo, en la puerta de su casa) nos sentimos bien, pero a la noche (junto a Almirón, en "Fútbol & algo más") cambiaste de postura y volviste a decir que la prensa inventaba. Ahora estás reconociendo que no inventamos. -No, yo dije que hay cosas que son ciertas y que hay otras que se agregan a lo cierto. -¿Sentís que al final no te fuiste mal de Newell's? -Creo que no, me fui por la misma puerta por la que entré. Tanto como cuando era jugador, como ahora que fui técnico. Y resalto lo de la gente el domingo. Su apoyo fue espectacular y eso nunca pasó en Newell's.
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