Año CXXXV
 Nº 49.633
Rosario,
miércoles  16 de
octubre de 2002
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El diluvio. Más de 5 mil clientes de la EPE sin luz
El agua volvió a ensañarse con los vecinos de Nuevo Alberdi
El viento llegó a soplar a 110 kilómetros por hora. Y hasta el Batallón adonde fueron los evacuados quedó a oscuras

Unas cien personas fueron evacuadas ayer del barrio Nuevo Alberdi y de otras zonas de Rosario a raíz de la lluvia que cayó sobre la ciudad y la región. Los trasladados fueron alojados en el Batallón de Comunicaciones 121 y en el Centro Comunitario Fátima, luego de una jornada en la que cayeron 125 milímetros de agua (contando desde las 22 del lunes), y llegaron a soplar vientos de 110 kilómetros por hora. En tanto, más de 5 mil clientes de la EPE quedaron sin luz; entre ellos, la Junta Municipal de Defensa Civil, encargada de asistir a los damnificados por la tormenta, y el mismísimo batallón donde fueron alojados quienes debieron dejar sus casas.
Los primeros evacuados, unas 64 personas, llegaron desde Garibaldi al 4100 y de La Lagunita (Provincias Unidas y Perú), y al cierre de esta edición Defensa Civil se aprestaba a trasladar a cerca de 50 vecinos de Nuevo Alberdi, el barrio que se levanta sobre la zona de inundación de los canales Ibarlucea y Salvat, donde hay que intervenir cada vez que cae una lluvia intensa sobre la ciudad.
Otra zona crítica era el barrio de la hermana María Jordán, donde anoche evaluaban si habría evacuaciones o si alcanzaría con instalar bombas extractoras de agua.
El Servicio Meteorológico registró 33 milímetros de lluvia caídos hasta las 3 de la mañana de ayer; 23 entre las 3 y las 9, 8 entre las 9 y las 15, y 61 entre las 15 y las 21. Total, 125 milímetros. Y eran las 20.25 cuando el viento sopló a 110 kilómetros por hora.
"Durante el día intentamos sacar el agua de las casas, pero la situación se volvió insostenible", dijo ayer el titular de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, quien también recibió múltiples denuncias de árboles caídos, sobre todo en la zona de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno.
En un principio, el organismo había previsto que serían necesarias más evacuaciones. Se llegó a hablar hasta de 500 personas. Pero luego, al parar la lluvia, un nuevo diagnóstico permitió ver que no era necesario movilizar tanta gente.
Mientras tanto, unos 5 mil clientes de la EPE quedaron ayer fuera de servicio en siete zonas de la ciudad (dos en el norte, cuatro en el oeste y una en el sur), como consecuencia del viento que sopló pasadas las 20. Al cierre de esta edición los técnicos de la empresa evaluaban la dimensión y la naturaleza de los desperfectos, pero se calculaba que era poco lo que se podría hacer hasta hoy. "Lamentablemente, mucha gente amanecerá todavía sin electricidad", pronosticó el jefe de Distribución de la empresa, Osvaldo Lusiatti.
Si bien el inconveniente desatado a última hora fue el más importante, esos 5 mil clientes se sumaron a los 1.800 que habían tenido dificultades desde anteanoche por problemas en las líneas de media y baja tensión. Casos que se fueron resolviendo en la mañana.
La situación se complicó cuando la lluvia que se desató a las 17 anegó las instalaciones subterráneas del centro. Nuevamente a trabajar. Y cuando todo parecía más o menos encaminado, el viento hizo lo suyo.

El centro bajo agua
Otros que siguieron sufriendo las consecuencias del temporal fueron los habitantes del centro y el macrocentro rosarinos. Defensa Civil recepcionó, el lunes por la noche, alrededor de 60 llamadas de emergencia, desde 27 de Febrero y Oroño, Callao y Montevideo, Paraguay al 2300 y Riobamba al 1100, como algunos de los sectores más conflictivos.
"No se salvó nadie, todos los vecinos con los pies en lo que parecía un río", recordó Pedro Viglione desde Montevideo y Callao.
Con indignación y una cuota de resignación, los vecinos de 27 de Febrero y Oroño vivieron una nueva jornada de angustia. "Siempre, siempre nos inundamos, ya no sabemos qué hacer, porque seguimos siendo los mismos los que pagamos el pato", disparó María, dueña de un negocio sobre 27 de Febrero. Del otro lado del parque, José Zocco también baldeaba su vereda de Montevideo al 2700. "Tuvimos que levantar todo. En la última tormenta perdimos la heladera. ¿Quién paga eso? Nadie, es terrible", dijo, con el secador de piso en la mano.



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