Omar Bravo / La Capital
Pese a un molesto esguince de tobillo sufrido en plena campaña, Néstor Kirchner, fana de Racing, bromea. "No sé si estaré para la revancha con San Lorenzo", dice mientras saluda a La Capital. Relata su paso reciente por Reconquista ("los pagos de Batistuta") y se entusiasma con su llegada a Rosario para el acto del 17 de octubre, el día de la lealtad para los militantes peronistas. En sus oficinas de Buenos Aires, sobre la avenida Leandro N. Alem, a metros del Correo Central y del Luna Park, Kirchner está acompañado por su vocero y jefe de prensa, Miguel Núñez, y por el dirigente de Las Parejas, Gustavo Marconato, coordinador del acto del jueves en Sportivo América. Todavía no puede creer los hechos políticos de la semana pasada. "Desde ahora, el 9 de octubre es San Carlos Saúl", se queja el gobernador de Santa Cruz. -¿Cree que todo está a favor de Menem? -Yo creo que fueron maniobras de preservación de un sistema perverso. Es una página oscura, lamentable, de la historia argentina. Fíjese si el 9 de octubre no es San Carlos Saúl. Primero, reconoció públicamente su cuenta en Suiza, pero (el juez Norberto) Oyarbide le dictó la falta de mérito. Segundo, ya se había llevado el partido a Anillaco, ahora con la suspensión de las internas se llevó los padrones, los fiscales, la junta electoral... sólo le faltan las urnas. Tercero, ya brindis total, los legisladores archivaron el juicio político a la Corte Suprema. Se equivocaron todos, el menemismo por razones obvias, pero también los que creyeron que salvando a la Corte le hacían un favor a la gobernabilidad. Debieron haber dejado funcionar a las instituciones porque la sensación que queda es de impunidad total, de que la justicia sólo alcanza al ladrón de gallinas, no llega a los sectores de poder. -¿Participará de la interna del PJ? -Si hay reglas claras... si no, no descarto nada. Pero le digo que Menem es una sombra del pasado, al que hay que enfrentarlo con una propuesta alternativa. Los que añoran el uno a uno no alcanzan a analizar en su dimensión lo que pasó realmente. La convertibilidad fue un buen plan antiinflacionario para dos años y después salir, con un cambio flotante y una canasta de monedas. No se hubieran generado tantas quiebras del sector productivo, tanta desocupación, tanta exclusión. Yo estoy seguro que Menem no llega pero, si volviera a gobernar el país, no tengo ninguna duda que será el Carlos Andrés Pérez de la Argentina: a los seis meses su gobierno se termina. -Rodríguez Saá anunció que compite por adentro. ¿Eso modifica su estrategia? -No, tengo una buena relación con él, administró bien su provincia y trabajamos juntos en el Frente Federal. No van a escucharme hablando mal de él. En adelante voy aplicar la teoría de la gravedad, o sea, esperar con paciencia oriental que los acontecimientos vayan cayendo. Sin dejar ni un minuto de tratar de fortalecer el frente nacional con los buenos peronistas, los buenos radicales, los socialistas, los independientes, los sectores del empresariado nacional y del trabajo, para que permita reconstruir la gobernabilidad. -¿Es cierto que el sector antimenemista del gobierno quiere aliarse a su línea? -Mire, no puedo responder eso. Sí le puedo decir que no tengo ninguna duda de que los sectores que quieran construir una alternativa al menemismo saben que la referencia seria somos nosotros por historia, por propuestas. Los argentinos tenemos que construir un nuevo tiempo, una nueva historia, una nueva dirigencia. ¿Qué queremos? ¿Volver al país de María Julia Alsogaray y (Víctor) Alderete? ¿El de tantos individuos de todo tipo y pelaje que pasaron por ahí y dejaron la peor de las historias? ¿Ese país pretenden? ¿Estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa? Yo confío en que hay reservas de racionalidad y valentía en el peronismo y en la sociedad. Y yo voy a jugar a fondo por esa propuesta. -¿Qué futuro le ve al PJ? ¿Unido o separado? -Hoy el PJ tiene dos caminos, dos perfiles. Uno que encabeza con toda claridad Menem, que es la alianza del PJ con los capitales concentrados, el PJ conservador. El otro camino es volver al convertir al PJ en un partido nacional, popular, progresista, democrático y racional. Porque acá se ha perdido la credibilidad. Cuando yo voy a los actos, la gente me trata muy bien, pero me preguntan: "¿Cómo hago para creerle?". Es una pregunta muy lógica, ¿no? -¿Por qué eligió a Rosario como sede del acto del 17 de octubre? -El 17 de octubre ya es una fecha de todos los argentinos. Y a mí me gustaría que vuelvan las mejores historias sobre el peronismo y sobre la Argentina. Rosario supo ser la capital del peronismo y hoy está muy golpeada, con problemas de pobreza, asentamientos y demás, como le pasa al resto de la Argentina. Así que yo dije: vamos a Rosario. No sólo para reencontrarnos con la mejor parte de nuestra historia, sino para empezar ahora la lucha para devolverles sus industrias, su puerto, su calidad productiva. Eso hemos querido hacer. No ir a competir con nadie, no ir a pelear con nadie, sino a expresar nuestra adhesión a lo que significó esa fecha. Ese es el espíritu con el que vamos a Sportivo América.
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