Un ex técnico de la primera, un ex jugador, un integrante del actual cuerpo técnico, un barrabrava que adquirió mucho poder en los últimos tiempos. Todos esos personajes conocidos en Newell's Old Boys coincidieron en un bar céntrico de esta ciudad para dialogar supuestamente sobre la sucesión de Julio Alberto Zamora. El tradicional bar César, en la esquina de San Lorenzo y Corrientes, cobijó en el mediodía del viernes este cóctel de representativos de Newell's, quienes a escasos metros de las oficinas del presidente Eduardo López habrían pactado una suerte de estrategia para lo que vendrá. Y que, obviamente, contemplaría la salida de Zamora de la conducción técnica y la posible asunción de alguno o algunos de ellos al cargo. Inclusive, cuando dos de este grupo (el ex DT de primera y el ex jugador) se apartaron para concurrir al sanitario se les escuchó decir que estaba todo cocinado para que Zamora se vaya. En tanto, la presencia del barrabrava que actualmente se lo ve muy seguido en el club sugiere un pacto para tumbar al Negro desde el lugar de la tribuna. De hecho, una sugestiva bandera que rezaba en los últimos partidos: "Apoyo al cuerpo técnico y jugadores", en ese orden, y que apareció en la cancha de Nueva Chicago luego del clásico, desapareció tras el choque con Unión en el Coloso. Claro que esta suerte de "conspiración" no sería determinante si Zamora se va, ya que la idea de la dirigencia es buscar un sucesor que no sea del riñón leproso. Como cuando la continuidad de Juan Manuel Llop estaba en duda y ya se hablaba de que Zamora lo sucedería, pese a su insistencia en que tenía un vínculo ya sellado con Tampico de México, la interna en Newell's está que arde y puede exteriorizarse en el Coloso.
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