Roggero salió a desmentir con toda la furia

El titular del bloque justicialista, el diputado Humberto Roggero, desmintió "categóricamente" la existencia de irregularidades, que también involucran al presidente de la Cámara, Eduardo Camaño, al tiempo que los diputados Julio Gutiérrez y José Ricardo Falú ampliaron las denuncias.
De acuerdo con los legisladores, se trataría de sobrepagos por sumas que oscilan entre 1.000 y 2.000 pesos, abonadas totalmente en negro, es decir, sin ningún tipo de comprobante, desde abril o mayo pasado, que beneficiarían a integrantes de la bancada peronista.
Ante esa acusación (en un comunicado de prensa) la bancada que conduce Roggero aseguró que "no existe irregularidad alguna en el manejo de fondos en la bancada justicialista, cuya rendición de cuentas está a la entera disposición de cada uno de los integrantes y de quien o quienes deseen monitorear el estado de esos recursos".
En tanto, el flamante secretario general de la Presidencia, José Pampuro, admitió que las reiteradas denuncias de corrupción que pesan sobre el Congreso (tanto el Senado como Diputados) sumen al presidente Eduardo Duhalde "casi en un estado de depresión" y de "impotencia" (ver página 4).
Falú recordó que este hecho comenzó en abril o mayo pasado, cuando "desde la presidencia del bloque se nos comunica que hay un dinero para los diputados". Tras confirmar casi textualmente todo lo dicho por Gutiérrez, señaló que "hay cuatro testimonios calificados de diputados que escucharon una cosa verbalmente y leyeron otra por escrito".
Recordó que pese a que no hay constancia escrita del hecho, "hay cuatro diputados que van a testificar, y van a haber más testimonios. Con lo que hay es suficiente; es más de lo que hubo con el tema del Senado el año pasado con el tema de la Banelco".
Ante ese panorama, Pampuro consideró que "de confirmarse" las nuevas denuncias de pago de sobresueldos en el bloque justicialista sería "otra afrenta muy grande al sistema".
Cuando se le preguntó si a Duhalde lo enojan estas cosas, Pampuro intentó explicar el sentimiento presidencial, con alguna dificultad: "Más que enojarlo, lo mellan en... Ya no es enojo, no sé cómo manifestarlo, casi un estado de depresión, de imposibilidad, de impotencia".