Luego de la tensión que se vivió en el local de Perón y Liniers, los dos delincuentes fueron introducidos, esposados, dentro de un patrullero del Comando Radioeléctrico para ser trasladados a la seccional 19ª. Pero la cosa se complicó un poco porque uno de los policías, en un instante de distracción, trabó todas las puertas del coche con el seguro para evitar cualquier intento de fuga, sin percatarse de que las llaves habían quedado colocadas en el tablero. Tuvieron que hacer malabarismos para poder abrir el auto porque ni siquiera podían pedirles una ayudita a los detenidos.
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