Los datos macroeconómicos volvieron a derrumbar ayer a Wall Street, un comportamiento sólo contenido por una ola de compras sobre la segunda parte de la rueda, impulsada por los precios tentadores. El Dow Jones perdió 1,43%, el Nasdaq 2,27% y el Standard & Poor's 1,46%, cerrando de esta forma el peor trimestre de los últimos 15 años para la bolsa neoyorquina. El derrumbe de las principales plazas europeas redondeó una jornada negra en materia financiera. En América latina, esta tendencia se potenció con la crisis de Brasil, donde el dólar llegó hasta los 4 reales, una escalada que se frenó por una fuerte intervención del Banco Central.
Wall Street cerró ayer con nuevos mínimos debido a las preocupaciones sobre la debilidad económica, los bajos niveles de ganancias y la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos e Irak. "El ánimo es pésimo", sintetizó un broker. "La gente espera lo peor y hay incertidumbre sobre las ganancias que vamos a ver en octubre", agregaron otros operadores.
El promedio industrial Dow Jones cerró con una baja de 1,43% hasta los 7.591,58 puntos, su cierre más bajo desde agosto de 1998. El Nasdaq perdió 2,27% quedando a 1.171,93 unidades, su nivel más bajo desde septiembre de 1996. En tanto, el panel más amplio de Standard & Poor's 500 descendió 1,46% a 815,26 puntos.
De esta forma, Wall Street cerró un trimestre pésimo. El S&P 500 ha perdido alrededor de 17,6% de su valor, su mayor caída trimestral desde que perdió 25% en el cuarto trimestre de 1987. El Dow perdió 17,9% en el trimestre, su mayor retroceso trimestral desde la caída de 23% en el último trimestre de 1987.
Varios operadores dijeron que la advertencia de Wal-Mart sobre una caída en el consumo, además de los temores de una guerra entre Estados Unidos e Irak llevaron a muchos inversores a buscar refugio en instrumentos de menor riesgo, como el oro y las notas del Tesoro. En tanto, los precios del petróleo repuntaron modestamente en momentos en que los inspectores de armas de las Naciones Unidas y expertos del arsenal iraquí sostenían conversaciones cruciales.
El nerviosismo sobre varios anuncios económicos clave esperados esta semana en Estados Unidos, que incluyen informes sobre el sector manufacturero y el laboral, también ejerció presión sobre la moneda.
Los operadores de Wall Street consideran que la situación real no es tan mala, pero "la gente se está poniendo nerviosa y está comenzando a descontar en los precios el peor escenario".
Ese nerviosismo fue acentuado el lunes por el anuncio de que la actividad manufacturera en la región del Medio Oeste de Estados Unidos se contrajo en septiembre por primera vez en ocho meses.
El real sigue presionado
En Brasil, sólo la fuerte intervención del Banco Central pudo calmar la escalada del dólar frente al real, mientras la Bolsa de San Pablo cayó hasta perder 1,07%. No obstante, el riesgo brasileño retrocedió hasta 2.394 puntos básicos según el Embi+ de J.P. Morgan-Chase.
Además de la meneada incertidumbre por las elecciones que presidenciales, que ganaría Lula en primera vuelta, también hay un fuerte componente especulativo ya que hoy vencen 1.200 millones de dólares en títulos cambiarios. De ese monto, el Banco Central sólo reprogramará el 70%, y el resto será rescatado al valor del dólar de ayer.
Esta situación desató una presión de los tenedores de esos instrumentos en la plaza cambiaria, y cuando la paridad llegó a 3,97 por unidad, el Central intervino vendiendo entre 300 y 360 millones de dólares. Finalmente, la paridad cambiaria quedó en 3,755 reales por unidad, y se registró así el descenso más acentuado en un día desde el 8 de agosto pasado.