Central inició el Apertura con el objetivo de equilibrar sus números deportivos, los que fueron devaluados en las campañas anteriores al extremo de ubicarlo en uno de los últimos lugares en la tabla de los promedios. Y hasta aquí la recaudación de puntos alcanza el 56,66 por ciento de los que disputó, sumatoria que le permite estar todavía en el lote de vanguardia. Pero pese a esto, los canallas siguen en la zona del descenso, aunque a lo largo de estas diez jornadas acumularon 17 unidades que les permitieron reducir bastante la distancia con los otros equipos comprometidos.
No obstante, este perdurar canalla en la incomodidad matemática también dependió de los resultados de los competidores directos por el promedio, algo que dejará de suceder a partir de ahora, durante la segunda mitad del Apertura, porque Central tendrá sucesivamente enfrente justamente a estos adversarios a los que deberá derrotar si quiere que los tres puntos en juego tributen un rendimiento de seis.
Huracán, el primer eslabón
El equipo de Menotti, con un promedio de 1,139, inicia el sábado un ciclo de cuatro compromisos para el que está obligado a aceitar el funcionamiento de su cosechadora. Recibe a Huracán (1,209), visita a Arsenal (1,500), espera a Talleres (1,174) y viaja hacia Avellaneda para confrontar con Independiente (1,232). Cuatro conjuntos a los que también les urge sumar para no seguir amedrentados por el fantasma del descenso, más allá de que, en el caso de Arsenal por ejemplo, el equipo sume en forma directa.
Si los canallas consiguen ante estos contrincantes acumular nueve unidades de las doce que estarán en juego, quedarán a un tris de cruzar la meta que se propusieron cuerpo técnico y plantel antes de arrancar el torneo.
Meta que podrán atravesar en los dos compromisos siguientes, cuando reciban consecutivamente en el Gigante a Estudiantes y Nueva Chicago (1,170). Y en caso de no conseguirlo, tendrán dos partidos más ante equipos que son rivales en estos menesteres: Unión (1,162) en Santa Fe y Banfield (1,212) en Arroyito.
Claro que para esto los auriazules tendrán la responsabilidad de mejorar y mucho el funcionamiento futbolístico, porque salvo excepciones, los números representan con fidelidad el nivel de juego. No es casualidad que los canallas hayan obtenido solamente 2 puntos de los últimos 12, ya que el rendimiento colectivo e individual dista mucho de lo que Menotti pretende, y que a lo largo del torneo sólo lo consiguió en contadas ocasiones.
El fixture determina que Central depende de Central. Así en el juego como en la matemática. Si se adjudica los partidos clave, los canallas habrán ganado en tranquilidad. Y es probable que también hayan ganado la satisfacción de haber protagonizado un gran torneo. Aunque a priori los jugadores, dirigentes y fundamentalmente los hinchas deben ser conscientes de que el título es un sueño, mientras que el promedio es una realidad.