El clásico chico tuvo un par de jugadas polémicas, entre ellas la que desembocó en el primer gol charrúa, cuando el arquero salaíto Ariel Cáceres paró una pelota con la mano pero sin tomarla, la jugó con el pie y luego la agarró para sacar. El árbitro Alejandro Castro cobró indirecto dentro del área, en una decisión que fue correcta. "Una vez que el arquero toca el balón con la mano y luego lo juega con el pie no puede volver a tomarla", destacó Castro al término del encuentro. La otra fue a los 30' del primer tiempo con la expulsión de Gufanti, quien debió irse antes a las duchas por bajarse los pantalones para meterse la camiseta adentro. El volante charrúa convirtió el gol, en el festejo se sacó la camiseta y el árbitro debió advertirlo más de una vez para que se la ponga. Castro entendió que el jugador demoró mucho tiempo en hacerlo y lo amonestó, pero la polémica fue cuando Gufanti, segundos antes que se reinicie el juego, se bajó los pantalones para ponerse la camiseta adentro. Según el juez se trató de un gesto obsceno. El primer fallo no dejó margen para la duda, mientras que el segundo queda a criterio del propio árbitro. Igualmente, la tarea de Castro, especialmente en el primer tiempo, dejó mucho que desear.
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