Año CXXXV
 Nº 49.614
Rosario,
viernes  27 de
septiembre de 2002
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Tremenda acusación. Hoy realizarían un reconocimiento fotográfico de policías
Un informe telefónico confirmaría que la chica estuvo en la seccional 1ª
Parte de la comisaría a la casa de un amigo de ella. Eso acreditaría que estuvo allí. Y delimita a los sospechosos

María Laura Cicerchia / La Capital

Un informe elaborado por la empresa Telecom confirma la existencia de dos llamadas que una joven de 16 años realizó, según denunció, antes de ser violada por tres policías en la comisaría 1ª. La pericia telefónica llegó directamente al juzgado a cargo de Eduardo Suárez Romero, quien se abocó ayer al caso, y permitió precisar la fecha exacta del hecho. "Esto acredita la veracidad del relato", afirmó una calificada fuente judicial.
Con la fecha del hecho puede determinarse quién estuvo de guardia. Con ese personal ya delimitado, el juez convocaría hoy a la víctima para un reconocimiento fotográfico de tales policías.
Un segundo dato crucial determinado ayer es que el libro de guardia de la seccional no registra el ingreso, ese día, de la chica que presuntamente fue violada y del amigo al que acompañaba, que fue llevado allí detenido según la denuncia. Si es cierto que ambos estuvieron en la dependencia, como parece confirmarlo la llamada, la omisión en el libro pudo servir al fin de encubrir al personal acusado.
Fuentes judiciales destacaron además que el hecho investigado involucra "un amplio concurso de delitos" de parte de los policías. Además de la triple violación, aparecen como mínimo tentativa de cohecho, abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público, adulteración de documento público y encubrimiento.
Un día después de que la denuncia por triple violación fuera informada por este diario, el juez de Instrucción Nº 7 recibió las actuaciones del caso realizadas por la División Judiciales de la policía local, repartición que tuvo a su cargo las primeras medidas investigativas.
Una de ellas consistió en un pedido de informes a la empresa Telecom que permitió precisar la fecha del hecho, algo que la víctima no había determinado con exactitud, ya que denunció el episodio dos meses más tarde.
Según esa denuncia, formulada el 5 de septiembre pasado, el triple abuso habría ocurrido el domingo 21 de julio pasado. La menor dijo que en esa oportunidad, cuando esperaba en la sala de guardia de la comisaría 1ª la liberación de un amigo detenido por robo, tres policías la trasladaron en un patrullero hasta un teléfono público para que se comunicara con la madre de su conocido.
Por su intermedio, los policías le pidieron una coima de 200 pesos a la mujer a cambio de dejar a su hijo en libertad. Luego le exigieron a la joven que efectuara un nuevo llamado desde el teléfono de la comisaría, pero la mujer respondió no tener el dinero.
Poco después, de acuerdo con la presentación, la menor fue conducida a una habitación con tres camas donde tres policías la violaron, uno tras otro, en un lapso de una hora. Hasta el miércoles todo el personal de la comisaría seguía en funciones.
El estudio elaborado por Telecom, que pesquisó las llamadas entrantes al domicilio del menor, precisó que esas dos comunicaciones ocurrieron la madrugada del viernes 26 de julio. Con ese dato en su poder, según anticiparon fuentes judiciales, el magistrado ordenó el listado del personal que trabajó ese día en la comisaría de Juan Manuel de Rosas 1250.
El informe señala que el primer llamado se produjo alrededor de las 3 de la mañana desde un teléfono público de la avenida Pellegrini, mientras que el siguiente ocurrió aproximadamente a las 5 desde la comisaría. El estudio es determinante para esclarecer el caso. El resultado de esa pericia, según evaluó una fuente judicial, "acredita la veracidad del relato" y demuestra que "la denuncia de la menor tiene verosimilitud".
"Si bien es difícil determinar rastros de violación en el cuerpo de la chica por el tiempo transcurrido, la investigación seguirá, procurándose reunir más pruebas", agregó la fuente.
Algunas de las medidas dispuestas por Judiciales, según trascendió, fueron la inspección ocular del lugar del hecho -un cuarto ubicado en los fondos del establecimiento- y el secuestro de las camas de hierro en donde supuestamente se cometió el delito. También se pidió un informe a la comisaría para que precisara si la víctima y el menor al que ella acompañaba habían ingresado a la comisaría primera. La respuesta, según el vocero, fue que no lo habían hecho.
En ese sentido, el informe policial anexa fotocopias del libro de guardia, en el cual "no consta el ingreso de los menores a la seccional". Según la misma fuente, el juzgado y los investigadores tienen elementos necesarios como para determinar quiénes estaban ese día en la comisaría y quiénes pudieron ser los responsables del hecho.



El juez Suárez Romero, al frente de la investigación.
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