Berlín. - Los partidos de extrema derecha o de filiación neonazi sufrieron ayer un rotundo fracaso en las elecciones generales. Ninguno de los tres partidos que se presentaron a nivel nacional lograron llegar al 1% de los votos y por lo tanto fracasaron en el intento de colocar a por lo menos un diputado. La organización con mayor caudal de votos fue la del dirigente de derecha Ronald Barnabás Schill, con 0,8%, casi igual que los Republicanos y el neonazi Partido Nacional Democrático (NPD). Schill había logrado un resonante éxito en las elecciones regionales del Estado de Hamburgo, hace casi dos años, cuando alcanzó casi el 20% de los votos y se convirtió en el ministro del Interior en un gobierno de coalición con democristianos y liberales. Desde 1987, los partidos derechistas están empeñados en sacar provecho de la situación de insatisfacción general de la población con los partidos tradicionales, que a manera de ver de los derechistas, no hacen lo suficiente para detener el flujo de refugiados extranjeros, para detener la criminalidad y contra el desempleo. Pero siempre han fracasado en las urnas. El hasta ahora más exitoso de los partidos extremistas, la Unión Popular Alemana (DVU), que tiene diputados en los parlamentos regionales de Bremen y Brandemburgo, no se presentó a los comicios nacionales después del fracaso hace cuatro años, cuando alcanzó el 1,8%. A las elecciones legislativas de 1998 se habían presentado tres partidos derechistas, la DVU, Republicanos y el NPD que juntos alcanzaron el 3,3%. En 1994, los Republicanos, que acudieron a las urnas sin competencia de otros partidos de derecha, lograron 1,9%. Los partidos ultraderechistas jamás llegaron a estar representados en el Parlamento Federal. El mejor resultado alcanzado en la historia fue un 4,3% de los votos en 1969. (DPA)
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