La Argentina ocupará este año un lugar importante en las deliberaciones de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), que comienza a fines de esta semana en Washington y que se realizará en forma simultánea con la reunión del G-7. Esto es así porque uno de los temas a debatir es la consagración de un mecanismo de solución de crisis a la restructuración de la deuda pública y en el que la Argentina emerge como el "leading case", luego de haber declarado el default. El FMI, con el decisivo apoyo de los Estados Unidos, impulsa un sistema de solución para las crisis de las deudas soberanas, mediante un proceso similar al utilizado para los procesos concursales en el ámbito privado. Este mecanismo apunta a sentar a deudores y acreedores en torno de una mesa de solución de controversias a través de la participación de un árbitro que oficie de nexo entre ambas partes y evitar daños mayores para las economías endeudadas y los prestamistas. La posible solución a la restructuración de las deudas soberanas es uno de los tópicos del diseño de la arquitectura financiera internacional que el G-7 planean para la primera década del siglo.
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