Año CXXXV
 Nº 49.605
Rosario,
miércoles  18 de
septiembre de 2002
Min 7º
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Malnutrición y neurología

En el marco del 40º Congreso Argentino de Neurología que se realizará entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre próximos en el Sheraton Hotel de Buenos Aires, especialistas de todo el país abordarán temas relacionados con las consecuencias de la crisis económica argentina. Tanto el aumento de las consultas neurológicas en general, que según el doctor Roberto Sica, presidente del congreso y jefe del servicio de Neurología del hospital Ramos Mejía, "crecieron un 20 por ciento en los últimos meses", como problemas directamente derivados de la pobreza como la desnutrición, formarán parte del amplio temario.
La desnutrición causa un amplio espectro de enfermedades neurológicas que comprometen tanto al sistema nervioso central como al periférico. Dentro de los nutrientes conocidos, los que mayor impacto ejercen sobre el sistema nervioso son las vitaminas, en particular las del grupo B (tiamina, piridoxina, ácido nicotínico y cianocobalamina), la vitamina E y el ácido fólico.
Entre las enfermedades neurológicas debidas a carencias alimenticias se cuentan las siguientes:
a) Proteínas y aporte calórico: produce edema, ascitis, hepatomegalia, reducción de la cantidad de pelo, depigmentación de la piel, pérdida de peso y retardo del crecimiento. Neurológicamente, los niños sometidos a estas condiciones muestran apatía, irritabilidad, reducción del tamaño de sus masas musculares, debilidad muscular, disminución del tono muscular y de los reflejos, reducción de su inteligencia y capacidades cognitivas. Estas últimas dos manifestaciones resultan el producto de cerebros de menor tamaño y de la presencia de neuronas relativamente inmaduras. En el 25 % de estos pacientes es posible reconocer estas alteraciones en los estudios por imágenes. La restitución de la dieta adecuada habitualmente no corrige el déficit intelectual luego de establecido.
b) Vitamina B1 (tiamina): induce la aparición de neuropatías periféricas, el beri-beri y, cuando se combina con el alcoholismo crónico, la de encefalopatías específicas como son la enfermedad de Wernicke y la de Korsakoff.
c) Acido nicotínico: produce la aparición de pelagra.
d) Piridoxina: induce la aparición de crisis convulsivas, encefalopatías que se caracterizan por disminución de la atención, desinterés por el medio, apatía, somnolencia y estupor y, finalmente, neuropatías periféricas.
e) Acido fólico: provoca compromiso de la médula espinal que lleva a la parálisis de ambas piernas y al descontrol de los esfínteres; neuropatía y deterioro cognitivo.
f) Yodo: induce el cretinismo.
g) Cianocobalamina (vitamina B12): induce daño medular, neuropatía periférica y deterioro cognitivo que puede conducir a la demencia.
h) Vitamina E: provoca lesión medular y retardo madurativo motor e intelectual.


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