La elección de los dos singlistas para el match ante Rusia que comenzará en 48 horas puede incluir varios ítems que bien podrían transformarse en argumentos estratégicos que van más allá del momento, los antecedentes, el temperamento y demás atributos imprescindibles para disputar la Copa Davis.
Es improbable que Alejandro Gattiker haya tomado por este atajo, pero bien vale tener en cuenta la chance que le asiste al capitán argentino a partir de la irremplazable ausencia de Guillermo Cañas. Lo que sigue toma como definitiva la presencia de Gastón Gaudio en el primer y el tercer día de competencia, sustentado en su carácter para afrontar este tipo de compromisos y el nada despreciable récord de nueve victorias sin derrotas en la Davis.
Alguien podría poner reparos ya que todos estos encuentros fueron ganados en canchas lentas y sobre adversarios inferiores a los que vendrán, pero no es un dato muy tenido en cuenta por el capitán. Es que si el Colorado elige a David Nalbandian y Gastón Gaudio para los singles (difícil) los partidos del viernes se modifican.
La lógica indicaría que Gaudio y Juan Ignacio Chela estarán en los individuales. De esa manera, el ránking determina que Gaudio juegue el viernes con Yevgeny Kafelnikov, al que le ganó la única vez que se enfrentaron, y el domingo con Marat Safin (dos victorias para cada uno). Chela tiene récord negativo contra ambos: 1-2 ante Kafelnikov y 0-2 con Safin. Pero si Gattiker decidiera, sorpresivamente, respetar los galones que el rubio de Unquillo se supo ganar con el acceso a la final de Wimbledon, cambiarían los choques porque Nalbandian, por ránking, pasaría a ser el singlista número uno y enfrentaría pasado mañana a Kafelnikov (0-2) y el domingo a Safin (0-2). Parece la menos adecuada de las estrategias, pero esa es una posibilidad y quizás la justificación sobre la dilación en la designación de los singlistas ya que es un hecho que el dobles lo jugarán Nalbandian y Lucas Arnold.
Más alejada aún aparece la chance de que el viernes juegue Nalbandian y el domingo Chela. Eso permitiría reservar físicamente a David, que jugaría dos partidos en dos días y fundamentalmente a Chela que llegaría entero para enfrentar a Safin, que parece el jugador más duro de la serie, sólo por rendimiento. Pero eso es apenas un borrador.
Los antecedentes indican que Kafelnikov, que tuvo una temporada floja de acuerdo a sus condiciones, no sólo mejoró en las últimas semanas (el domingo anterior se adjudicó el torneo de Tashkent), sino que hace seis años que no pierde en el piso sintético donde se disputará el match. Y más aún. Yevgeny anunció que si obtiene la Ensaladera de Plata se retirará. Lo que indica que el dos veces ganador de torneos de Grand Slam (Australia y Roland Garros) afrontará con una predisposición inédita el compromiso ante Argentina. Si esto es así, la tradicional desidia de Kafelnikov, que puede ganarle a cualquiera y perder con el menos pensado, daría un paso al costado para que su espacio sea ocupado por un tenista de altísima jerarquía incentivado por tener al alcance de su mano el último gran objetivo.
Lucubraciones al margen, lo más saludable sería que no sólo Gattiker tuviera decidida la conformación del equipo, sino que los propios jugadores lo supieran para ir preparando las estrategias de juego. Mientras, los rusos sólo pueden intuir con quién jugarán en dos días, pero no más que eso. Claro, los asiste el favoritismo que les otorga el ránking y la mayor capacidad de sus tenistas; sobre todo para un estadio cerrado, con piso muy veloz en el que sólo un argentino demostró aptitudes hasta aquí: Guillermo Cañas.
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La Ciudad
