Pablo F. Mihal / La Capital
Jockey cosechó ayer lo que sembró en las dos primeras jornadas. Los triunfos ante La Tablada y Universidad Nacional de San Juan le dieron el handicap suficiente a tal punto que, más allá de la derrota por 26 a 23, pudo entrar en las semifinales de esta V edición del Torneo del Interior. El bonus conseguido ayer ante Cardenales (por perder por menos de 7 puntos) le valió al Jockey el primer lugar en la zona 3 del campeonato, y con esa posición el derecho a disputar la siguiente instancia frente a Tala. Dejando el marcador de lado y partiendo de la premisa de que desde la derrota también se aprende, el partido de ayer le dejó a Jockey varias enseñanzas. Primero lo hizo caer en la cuenta de que todavía hay muchos aspectos por mejorar, sobre todo los que tienen que ver con la concentración y los planteos tácticos, cuestiones que ayer fallaron y que las pagó en su ingoal. Jockey arrancó bien pero esa tendencia se diluyó muy rápido, porque Cardenales, acosado por las urgencias, salió a buscar el partido. Como buen tucumano eligió a sus forwards para marcar el camino, mientras que la defensa verdiblanca hacía grandes esfuerzos por detenerlos. Y tanto fue el cántaro a la fuente que logró quebrar ese vallado. El local comenzó a tener un mayor control de la pelota y asedió a la visita. El maul de Cardenales comenzó a hacer mella y tuvo a maltraer a los forwards de Fisherton. Sin embargo, y a pesar de tener muy pocas pelotas disponibles, Jockey aprovechó al máximo las ocasiones que tuvo y se fue al descanso ganando 20 a 12. En el comienzo del complemento, los rosarinos lograron tener un poco más la pelota pero también se equivocaron más de lo habitual. El partido se fue emparejando y cada minuto que pasaba se hacía más disputado, y tremendamente físico. Las equivocaciones fueron sancionadas quizás con demasiada rigurosidad y un show de penales apreció en escena. Mientras tanto, Jockey, gradualmente, fue perdiendo el orden que había tenido en los primeros 40'. En ese contexto, Jockey se quedó sin dos de sus hombres (Spirandelli y Lascurain fueron amonestados) y Cardenales aprovechó el regalo para pasar al frente. Fue entonces cuando la actitud (como se dice ahora) o la garra (como se decía antes) que venía mostrando se convirtió en el bastión de los de Fisherton y todo el equipo mostró un derroche de sacrificio. A los 34' Alberto Di Bernardo anotó un penal clave que atemperó en cierta medida el accionar del campeón tucumano, que tras el pitazo final se despidió del torneo con la frente bien alta superando a un Jockey que no ganó pero que sigue en carrera.
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