River sigue sin encontrar la manera de salir del pozo futbolístico en el que se encuentra. Volvió a quedar en deuda con su gente y dejó en el camino otros dos puntos vitales. Talleres, que venía de ser cacheteado por Chacarita, le robó un empate 1 a 1 en el Monumental y estiró a cuatro la racha sin triunfos, contando la caída ante Racing por la Copa Sudamericana. A decir verdad, River estuvo a 7 minutos de perder en su cancha ante uno de los conjuntos más débiles del torneo. Y su gente se fue preocupada y disconforme con este equipo que no transmite ni emociones. La defensa de tres hombres que paró el chileno Pellegrini no había sido exigida cuando Talleres se puso 1 a 0. Rimoldi sacó un pelotazo cruzado desde 25 metros y Jorge Quinteros le ganó en el salto a Celso Ayala para meter el cabezazo goleador. Iban apenas 6 minutos. Antes, Islas le había tapado un tiro a Luis González y Héctor Baldassi había ignorado un claro penal de Smigiel a Ayala. Con todo, lo cierto fue que River se vio obligado a salir a remar en desventaja una vez más. River se equivocó de camino durante casi toda la etapa inicial, más allá de otro penal que el árbitro dejó pasar en su favor, esta vez en perjuicio de Alejandro Domínguez. River fue, literalmente, puro empuje. D'Alessandro y González no se encontraron casi nunca como generadores de juego y el equipo dependió en exceso de alguna gambeta salvadora, pero Talleres sostuvo el 1 a 0 sin sufrir demasiados sofocones. Cuando reanudaron, Pellegrini mandó a la cancha a Cuevas por Astrada, en una apuesta audaz pero necesaria. Así, a los 30 segundos, Islas le ahogó el gol a D'Alessandro. River buscó de todas las maneras pero confundió velocidad con desesperación y se reiteró en intentos demasiado verticales. De todos modos, su constante búsqueda convirtió en figura a Islas. La igualdad llegó a los 39, cuando González habilitó en profundidad a Cavenaghi y el delantero definió con un tiro fuerte y bajo. River revivió con el gol y su parcialidad se entusiasmó con la posibilidad de quedarse con un triunfo que en la medida que pasaron los minutos se tornó en una misión imposible. (DyN)
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