La alegría fue incontenible, desbordante. No era para menos, el esfuerzo fue mucho pero valió la pena, Gimnasia cosechó sus frutos. Sebastián Bosch, el capitán mens sana, no escapó a esa atmósfera que respiraron todos los auriazules que se hicieron presente en la cancha del parque de la Nueva Argentina. Con la misma predisposición con la que ofrenda su hombro en cada tackle, hizo un alto en los festejos y dialogó con Ovación. -Tuvieron un comienzo terrible y un final feliz. -Sabíamos que Huirapuca tenía un pack muy duro y que todo su juego pasaba por el centro de la cancha, por lo que hiciera (José) Núñez Piossek y era allí donde debíamos controlar más la situación, hacernos más duros. Creo que supimos sacar ventajas y a partir de ahí generar el juego. -¿Qué pasó en los primeros minutos que Huirapuca se fue con todo y Gimnasia pareció no tener respuestas? -Sinceramente sentimos la presión que ellos nos metieron desde el arranque. Se jugó a un ritmo increíble, con mucha dinámica, a tal punto que cuando estuve afuera (Javase le sacó tarjeta amarilla) hablando con el juez de touch le decía que el que quien tuviera mayor resto físico iba a ganar el partido. En ese sentido creo que nosotros prevalecimos y se demostró especialmente en la actitud defensiva que tuvo el equipo. -¿Objetivo cumplido o no? -Cuando terminó el Litoral nos propusimos un objetivo, que era ganar estos tres partidos y gracias a Dios pudimos cumplirlo, pero ahora vamos por más. Mi objetivo personal pasó por unir a este grupo y mostrarle que hay un camino por delante, y que tienen que sentir ese hambre de gloria para que Gimnasia pueda conseguir un campeonato. Hoy me emocioné porque sentí que este equipo me respondía adentro de la cancha.
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