Año CXXXV
 Nº 49.595
Rosario,
domingo  08 de
septiembre de 2002
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Se inicia una semana clave para develar el caso Storni

Santa Fe. - La semana que hoy se inicia será clave en las investigaciones judiciales que giran en torno al arzobispo de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni, y las máximas autoridades que lo secundan en la conducción de la curia capitalina. El lunes, a primera hora, está previsto que el juez de instrucción de la quinta nominación, Eduardo Giovannini, quien investiga la presunta comisión de delitos sexuales en perjuicio de seminaristas por parte del arzobispo, tome declaración testimonial, al sacerdote Jorge Montini, ex director del seminario. En tanto, aunque sin que esté precisado el día, el juez de instrucción de la tercera nominación, Julio César Costa, indagará al vicario de la Pastoral Social, Edgar Stoffel, otro testimonio que fuentes tribunalicias consideran relevante.
Montini, actualmente "exiliado" como párroco en la ciudad de San Jorge, sería un testigo indirecto de los delitos sexuales que se atribuyen a Storni contra quienes entonces eran alumnos a su cargo. Un extendido rumor que durante años fue acallado en la sociedad santafesina hasta la aparición del libro "Nuestra Santa Madre" de Olga Wornat, que habló sin tapujos y con detalles de la cuestión, desatando los acontecimientos que una investigación vaticana en 1994 no había podido o querido expugnar. Hoy ya existe en sede judicial el testimonio de una de las víctimas directas, el ex seminarista Martín Lascurain, quien ratificó ante Giovannini que el prelado había intentado besarlo sexualmente durante unas vacaciones en Calamuchita en 1992.
Pero Montini deberá explicar el testimonio otorgado a La Capital por un sacerdote que por aquellos años era alumno del seminario quien, bajo reserva de identidad por temor a las represalias que la curia ha puesto en marcha prohibiéndoles hablar con la prensa, dijo que había compañeros suyos que poseían llaves del seminario y del Arzobispado como asimismo autorización de hecho para salir en horarios inusuales y volver muy tarde por la noche. Ese sacerdote le dijo a este diario que "quienes poseían tal prerrogativa eran conocidos en todo el seminario como los novios de monseñor porque supuestamente, se comentaba, sus salidas nocturnas estaban destinadas a hacerle compañía al prelado".
En lo que refiere a la investigación que lleva adelante el juez Costa -quien tiene imputado a los vicarios general, Hugo Capello; para la Educación, Mario Grassi; al canciller Carlos Scatizza y al sacerdote Marcelo Mateo por falsedad ideológica, coacción intimidante y privación ilegítima de la libertad en contra del sacerdote de 82 años José Guntern- tomará declaración al vicario para Pastoral Social.
El padre Edgar Stoffel -el mismo que ironizara contra la prensa impartiéndoles una bendición sui génesis mientras repetía "carne podrida, carne podrida" días pasados en un acto público en la Casa de Gobierno, y el mismo que convocara a una jornada de oración en defensa del arzobispo y séquito en su parroquia San Cayetano y a la que fueron menos de quince personas- es considerado como el verdadero nexo entre la Iglesia Católica santafesina y el poder político. Sabido es que las ramificaciones del caso comienzan a mirar precisamente a éste último.


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