A través de la esposa del presidente, Hilda Chiche González, y de la ministra de Trabajo, Graciela Camaño, el gobierno reflotó ayer la vieja polémica con el precandidato justicialista Adolfo Rodríguez Saá sobre las razones por las que dejó el poder, forzando la asunción de Eduardo Duhalde. Sin embargo, desde el entorno del puntano alertaron: "Nos atacan porque saben que no vamos a arreglar con ellos". La primera dama dijo que el actual aspirante a la Jefatura del Estado no fue "echado" del gobierno sino que renunció "porque la papa que tomó era muy caliente" para él. A su turno, Camaño acusó al puntano de no tener "estatura" para sentarse en el Sillón de Rivadavia. Pero la réplica de Rodríguez Saá no tardó en llegar: consideró que ambas mujeres forman parte del sector político que "está destruyendo el país". "Creo que está equivocada", enfatizó el puntano sobre las aseveraciones de Chiche Duhalde, tras lo cual agregó que ella "sabe los motivos" por los que tuvo que truncar su gestión. Para reafirmar su posición, Rodríguez Saá resaltó: "Yo asumí todas las responsabilidades en el momento en que el país estaba al borde de una guerra civil, y dejé una Nación en paz". Cuando se lo consultó sobre la acusación de Camaño, el ex gobernador puntano afirmó: "Qué le vamos a hacer... Son los autores del desastre nacional. Están destruyendo al país, y yo lo estoy reconstruyendo". Pese a su fuerte embestida contra un postulante presidencial del PJ, la esposa de Duhalde rehusó revelar sus preferencias electorales dentro del partido. "Voy a tratar en lo posible de no meterme en la interna", señaló. Tras explicar que "no es bueno que lo haga", la primera dama consideró que "lo que tenemos que hacer nosotros (en el gobierno) es gestionar y, por eso, no voy a dar el nombre de ningún candidato". De este modo, desde el mismo poder se reinstaló la controversia que dividió las aguas en el peronismo a fines del año pasado, cuando Rodríguez Saá (entonces presidente interino) dejó el gobierno ante la falta de apoyo de los mandatarios del PJ y se allanó el camino para que la Asamblea Legislativa designara a Duhalde en su reemplazo. La primera dama se encargó de refutar estas versiones. Y negó que la asunción de su marido hubiera sido producto de un acuerdo político: "Estamos poniendo lo mejor de nosotros. No elegimos este momento para llegar al gobierno". Al mismo tiempo, recordó ese día, a fines de diciembre, cuando "sorpresivamente Rodríguez Saá se fue del gobierno" y empezaron "a sonar los teléfonos de todos los partidos, pidiéndole (a Duhalde) que asumiera y diciéndole que lo iban a apoyar". La esposa del jefe del Estado insistió en que "no es cierto que (Rodríguez Saá) se fue porque lo echaron". Y subrayó que "estábamos muy contentos con su llegada, por eso su renuncia fue una sorpresa para todos y un enorme disgusto y angustia para mi marido por lo que se venía". Chiche Duhalde agregó que "esa noche, después de tantos llamados, mi esposo me dijo: «De ésta no zafamos»". Y, si bien admitió que el panorama de la Argentina era "terrible", hizo hincapié en que hoy ve al presidente con "más optimismo", aunque todavía ese sentimiento "no llegó a la gente". Asimismo, la primera dama refutó las acusaciones de una supuesta "debilidad" de Duhalde para enfrentar la actual situación del país. "Hay que tener mucho valor, coraje, fuerza y entereza para estar en este lugar (la Casa Rosada) en este momento, soportando tanta crítica injusta", sentenció la coordinadora de los programas sociales del gobierno. En otro orden, la esposa del primer mandatario rechazó la posibilidad de ser candidata a la Gobernación de Buenos Aires y aclaró que no le corresponde anotarse en el registro de renuncias de políticos. Anoche, voceros del adolfismo que acompañaron la visita a Rosario de Alberto Rodríguez Saá, hermano del precandidato, contraatacaron. "Los duhaldistas hacen esto porque saben que no vamos a arreglar", le reconocieron a La Capital.
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