Después de 14 años de postergaciones, el decreto 681/2002 del gobierno nacional dio el puntapié inicial para que comience el Censo Nacional Agropecuario. Tanto fue el cántaro a la fuente que, a fuerza de presión, entre el 15 y 20 de septiembre comenzará el relevamiento a campo para hacer una radiografía del sector y registrar las profundas transformaciones ocurridas en la última década.
La muestra estadística tiene como objetivo no sólo conocer los números del sector sino también evaluar en profundidad los cambios productivos de la Argentina agroexportadora. Con las técnicas probadas en un relevamiento preliminar realizado en el partido de Pergamino, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) se prepara para el desafío que permitirá a las nuevas autoridades disponer de información fidedigna que permite implementar políticas acorde a la realidad del agro.
La realización del censo agropecuario nacional comenzó a ser realidad el 26 de abril de 2002, cuando el presidente Eduardo Duhalde firmó el decreto que autoriza su concreción. Después de muchos años de idas y vueltas, las presiones del agro se hicieron sentir y, en poco tiempo más, contará con información vital para el sector.
El antecedente más cercano al próximo censo es un relevamiento estadístico realizado por el Indec y el Inta, en el partido de Pergamino, para testear la metodología a utilizarse en el que se avecina. En ese muestreo se visualizaron algunas tendencias de las transformaciones del sector, como la concentración de explotaciones en manos de los pools de siembra, la retracción de la figura del pequeño y mediano productor, así como también la incorporación de nuevas tecnologías como la siembra directa, cultivos no tradicionales, etc.
El Indec tiene a su cargo coordinar el relevamiento junto con las direcciones provinciales de estadística. En rigor, hace unos meses se comenzó la capacitación para los jefes de supervisores y se concretó la inscripción de alrededor de 3.000 censistas que van a ser los encargados de realizar el trabajo a campo.
Diana Keller, coordinadora del censo, explicó que "si bien el esfuerzo vale la pena" están trabajando con un "presupuesto acotado". Hasta el momento ha sido confirmada una partida de 9 millones de pesos para su realización, a lo que se sumaría otro millón que habilitaría la Secretaría de Agricultura de la Nación.
"Está la decisión política de hacer el censo pero como falta todavía la confirmación de algunos fondos, el inicio del trabajo a campo se retrasó para el 15 de setiembre, dependiendo de cada provincia y de los posibles inconvenientes climáticos", indicó Keller.
Qué preguntan
El relevamiento está divido en cinco zonas delimitadas según el criterio de homogeneidad productiva (Región NEA, NOA, Pampeana, Cuyo y Patagonia).
El productor entrevistado se va a encontrar con un cuestionario que consta de veinte páginas. Se lo interrogará sobre distintos aspectos productivos que abarcan no sólo la producción de los cultivos tradicionales como soja, trigo, girasol y maíz sino también la diversificación hacia otras actividades no tradicionales como aromáticas, lombricultura, entre otras.
Otro aspecto que se va a sondear es el de las distintas modalidades contractuales que circulan en el agro. Por ejemplo, la incidencia de los pools de siembra y si el productor está participando en alguna experiencia asociativas.
También se van a investigar las distintas maneras que tiene el hombre de campo para comercializar lo que produce. Por ejemplo, si utiliza el mercado de futuros o alguna otra metodología de venta.
Las prácticas culturales y el modo de vida en el campo también son aspectos por los que va a preguntar el entrevistador.
Según los coordinadores del censo, las preguntas apuntan a dilucidar cuál es el modo de producción del sector agropecuario y que evolución ha tenido a lo largo de la última década.
"Si bien tiene cuestiones que apuntan a renovar los números de los stocks, ya sea de hacienda, de cultivos o de maquinaria agrícola también se trata de rastrear otras actividades como el turismo rural, las producciones no tradicionales, lo orgánico y las distintas prácticas culturales que se están implementando en el campo", indicó Keller y aclaró que hay preguntas que son básicas y que sirven para comparar con datos anteriores y otras que apuntan a rastrear los cambios que se dieron.
De no mediar inconvenientes climáticos o de otra índole, el Indec estima que en dos meses se concluiría el trabajo a campo, por lo cual los primeros resultados podrían estar a fines de diciembre o principio de enero. De todos modos, señalan que la información final estaría procesada en julio de 2003.