El descubrimiento de una fosa común con los restos de miles de soldados del ejército napoleónico, en Vilna, la capital de Lituania, supone uno de los hallazgos arqueológicos más excepcionales de la historia. Según los expertos, los cuerpos pertenecen a los cientos de miles de soldados que murieron durante la desastrosa retirada de las tropas de Moscú, en 1812. El descubrimiento ofrece valiosa información acerca de las condiciones y circunstancias de una de las operaciones militares más trágicas de la historia. Por ello, arqueólogos lituanos y expertos galos en ciencia forense están trabajando con los restos de unos dos mil jóvenes soldados del Ejército francés, que murieron de frío, hambre y enfermedades durante la terrible campaña de Napoleón Bonaparte en Rusia. "Es una oportunidad única para probar algunas claves históricas de la retirada. Estamos mirando directamente a la historia", explicó el profesor Olivier Dutour, antropólogo de la Universidad de Marsella, a cargo del proyecto de exhumación. La fosa fue descubierta hace un año durante los trabajos de instalación de líneas telefónicas en la ex base militar soviética de Vilna. Luego, los trabajadores se toparon con pilas de huesos en un diámetro de 100 metros. Al tratarse de una antigua zona del Ejército Rojo, en un principio se creyó que se trataba de los cadáveres de víctimas del genocidio nazi o estalinista. Sin embargo, fragmentos de botones, ropas y otros artefactos enseguida revelaron que se trataba de cadáveres de hace casi 200 años, cuando las tropas bonapartistas atravesaron Lituania huyendo de los rusos en diciembre de 1812. Napoleón se topó con el frío invierno soviético, y sólo sobrevivieron 50.000 de los 614.000 hombres que formaban parte de la campaña. (Télam)
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