"El era un chico muy adicto a las drogas. Yo estoy enferma de cáncer y tomo mis drogas, pero él tomaba de las otras". Así describió María Ester Sarco a su hijo Javier Hernández, el delincuente muerto durante la balacera en Villa Ramallo. La mujer, con voz baja y dolida, comentó que su hijo (antes de morir) vivió alternadamente en su casa y que durante ese período "nadie lo visitó ni lo llamó por teléfono". "Venía, estaba una noche y desaparecía. Como era de carácter muy reservado nunca me decía nada", explicó.
En tanto, Mario Ernesto Hernández, padre del asaltante, dijo que supo que su hijo tenía "doble identidad" (al morir fue identificado como Sergio Miguel Benedetti) cuando lo fue "a visitar una vez a la prisión de Coronda. Pero el se llamaba Javier Ernesto Hernández", afirmó en defensa de su apellido.
Asimismo testimonió un perito químico de la Justicia bonaerense. Sergio Giorgeri afirmó que en los estudios que realizó detectó "la presencia de bromocefán en la orina de Hernández, una droga tranquilizante" y fue categórico al sostener que "el dermotest dio resultado negativo", por lo que se deduce que el delincuente no disparó armas.
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La Ciudad
