La abuela dijo que días atrás su nieto había sido perseguido por tres personas a bordo de un Renault 12 rojo, quienes lo siguieron desde que salió en bicicleta de la casa de una tía hasta su hogar, por lo que la policía dedujo que los captores hicieron una suerte de inteligencia previa antes del secuestro. Si bien ese episodio causó primero alarma en los padres de Diego, con el correr de los días se fueron tranquilizando porque como la bicicleta desapareció, pensaron que se trató de un simple robo y dejaron que su hijo se desenvolviera solo en la calle como lo hacía desde hacía un tiempo.
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