Después de estar secuestrado 36 horas y tras el pago de un rescate de 21 mil pesos, fue liberado anoche sano y salvo en las afueras de la ciudad bonaerense de San Pedro el niño Diego Bernardotti. La policía trata de detener a varias personas por su participación en el hecho y recuperar el dinero.
Diversas fuentes confirmaron que Diego, de 12 años, hijo y nieto de productores agropecuarios, fue liberado cerca de las 20.30, tomó contacto con sus padres y media hora después fue trasladado a la comisaría local en un patrullero, donde fue revisado por un médico forense.
Tras ello, el chico y su familia retornaron a su casa, después de vivir un día y medio de angustia.
La policía bonaerense comenzó a buscar en las últimas horas a por lo menos cinco personas implicadas, tras haber identificado a algunas de ellas mediante filmaciones.
Se explicó que todos los que intervinieron en el secuestro son varones, civiles y de condición humilde, y varios de ellos serían oriundos de San Pedro.
La propia madre del chico fue la encargada de entregar el dinero, poco antes de las 20, en la ruta 1001 y calle 28, a pocos metros de uno de los accesos a San Pedro, tal como lo exigieron los delincuentes.
Una hora después Diego quedó libre, tras la odisea que comenzó a vivir anteayer por la mañana, cuando iba a la escuela.
La resolución feliz del secuestro de Diego Bernardotti se produjo a 11 días del trágico final del caso de Diego Peralta, el chico de 17 años del barrio El Jagüel, en el sur del Gran Buenos Aires, hallado asesinado en una tosquera del partido de Quilmes tras estar desaparecido durante varias semanas.
Lo tuvieron atado
La madre del niño y el abogado Carlos Cascini dijeron que durante su cautiverio Diego permaneció atado, con los ojos vendados, bastante aislado, sin que los captores le permitieran moverse ni comunicarse con su madre. El letrado indicó además que el chico fue amenazado de muerte y estuvo alojado en pésimas condiciones en una casa de San Pedro.
La madre de Diego dijo anoche que los secuestradores no le dieron de comer al chico, lo mantuvieron maniatado y con la boca y los ojos vendados, le aplicaron una inyección y le hicieron tomar cuatro pastillas, supuestamente para sedarlo.
"Está muy mareado, pero es normal, ya lo vio el médico y estamos felices", dijo la mujer, Clide de Bernardotti, en su casa de San Pedro, después de la liberación del nene. Y también señaló las condiciones en las que lo tuvieron encerrado. En ese sentido explicó que estuvo maniatado de "pies y manos, con los ojos y la boca vendados, le dieron de tomar cuatro pastillas para sedarlo y agua y no le dieron nada de comer", aunque aclaró que no lo golpearon.
La liberación comenzó a negociarse cerca de las 19, cuando se pactó la entrega del dinero que debía concretar la madre. Y una hora después de la entrega del dinero el chico fue devuelto a su madre, a quien los captores habían reclamado como mediadora.
En el primero de los llamados realizados anteayer, los captores habían reclamado 40.000 dólares de rescate, pero la madre de Diego pensó que se trataba de una broma y se comunicó con la maestra del chico, Violeta Regalado, quien le confirmó que su hijo no había concurrido a clase.
Poco después la mujer recibió otros llamados en los que los captores bajaron las pretensiones y pidieron la misma cifra, aunque en pesos, hasta reducir el monto en los sucesivos llamados.
Sin embargo, cerca de las 20 de anteayer, cuando los secuestradores habían pactado la entrega del dinero, unos 20 mil pesos, la difusión del caso a nivel nacional, que daba cuenta de la intervención policial, retrotrajo y finalmente produjo el corte de las comunicaciones, aunque dejaron trascender su disposición para continuar las tratativas.
"Que llamen, que traten de negociar. Si quieren entablar una negociación conmigo lo pueden hacer. No queremos castigo ni venganza, queremos al chico, es lo que me interesa ahora", había dicho ayer a la tarde el abuelo del chico, Víctor Pascual, un productor agropecuario sampedrino propietario de un lavadero de batatas.
Por su parte, su esposa, Sofía Pascual, imploró a los captores: "Que se pongan una mano en el corazón. Porque si no tienen hijos habrán tenido una madre. Que devuelvan al chico".
En tanto, el jefe departamental de la policía de San Nicolás, comisario mayor José Ferrari, había asegurado que la fuerza no intervino en el caso por expreso pedido de la familia, a fin de no entorpecer las negociaciones con los captores.
Pacto de silencio
La comunidad de San Pedro, una tranquila ciudad de 52.000 habitantes situada en el norte de la provincia de Buenos Aires, estableció un "pacto de silencio" en torno al caso con el fin de que las tratativas llegaran a buen puerto.
En un momento el comisario Ferrari se sumó al compromiso al sostener que "lo único que estamos haciendo es esperar que la familia logre su cometido, no estamos participando en forma directa en la investigación", lo que luego el propio oficial se encargó de describir como parte de una estrategia.
Finalmente, cerca de las 18 de ayer apareció una nueva luz de esperanza cuando los secuestradores volvieron a comunicarse con la familia. Luego siguieron otros llamados en los que se pactó la entrega a cargo de la madre, quien salió de incógnito de su vivienda, eludiendo el cordón periodístico.
En el medio, un camarógrafo ya había logrado filmar a uno de los secuestradores, un hombre de unos 40 años de condición humilde, cuando hablaba desde un teléfono público del centro de San Pedro. E incluso trascendió que el hombre de prensa habría reconocido al sujeto.
El abogado Cascini señaló que los secuestradores "trabajaron de manera muy desprolija", lo que lo llevó a concluir que "las partes visibles de esta banda son inexpertas", aunque no descartó que alguien que conoce a la familia estuviera involucrado en el hecho.
A su vez, cuestionó la actuación de algunos medios por dar trascendencia al hecho al sostener que "entorpecieron la entrega del dinero que se iba a hacer ayer (por anteayer) a las 20 horas. Por suerte el nene está acá pero fue muy grave lo que pasó en ese momento", dijo.
Cascini confirmó que "las personas que se movieron (directamente en el hecho) fueron todos varones". También destacó las acciones policiales. "Toda la tarea la hizo la policía, desde identificar al primero hasta los demás, seguirle los movimientos, ver las personas que se contactaban, ver los lugares donde paraban". (DyN y Télam)