Año CXXXV
 Nº 49.576
Rosario,
martes  20 de
agosto de 2002
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Apertura 2002. Luz amarilla
Central regala al principio y ahora sufrió al final

Gustavo Conti / Ovación

El profesor Fernando Signorini preparó físicamente el equipo de una manera muy distinta al resto de los participantes de este torneo Apertura. A medida de lo que pretende el técnico y contando con la juventud del plantel, hizo hincapié en la pretemporada en trabajos de velocidad, sin la base habitual de resistencia. Esto, apuntalado en una estrategia de sacar ventaja en ese aspecto sobre el resto en el principio del campeonato ya que la mayoría recién se ablanda después de la cuarta, quinta o sexta fecha, chocó ayer con el primer escollo. Más allá de que no ganó ni marcó goles por primera vez, tampoco superó al rival en condición física, un dato que no deja de ser significativo.
La idea de Signorini fue entregar desde el mismo inicio del campeonato un equipo en ritmo que no necesitara el transcurrir de las fechas para llegar a su máximo de rendimiento físico. Con esto se buscó ganar partidos desde el vamos y después que el soporte anímico equiparara los desniveles con los otros que pudieran producirse con el campeonato más avanzado.
Y hasta la gris tarde de Bahía Blanca, las cosas le salieron redonditas a Central. Ante San Lorenzo había terminado más entero y festejó al final. A Lanús lo humilló física y futbolísticamente. A Gimnasia lo liquidó de contraataque en los últimos 15 minutos. De los 12 goles marcados, los auriazules hicieron nueve en el complemento, lo cual no parecía ser una casualidad. Pero el domingo nada de ello ocurrió. Ni siquiera el pesado campo, producto de la lluvia, que podía suponer una merma en el rendimiento local en el último tramo del partido, benefició al equipo de Menotti. Es más, después de un muy buen inicio del complemento, con una presión constante, Central terminó casi resignado en los últimos 15 minutos del partido.
Ante el rival menos pensado, ese que a decir de Pino (ver aparte) "habitualmente la tira para arriba pero ahora nos sorprendió jugando", Central no sacó ventajas ni con el arma del toque (al que no renunció nunca, ni aún en los peores momentos del partido) ni con un plus físico. Lo cual hace suponer que el conjunto de César Luis Menotti no se las llevará de arriba de aquí en más como al principio.
Por otra parte, si algún detalle saltó a la vista en los dos últimos encuentros, es que el equipo auriazul no entró a la cancha tomando la iniciativa. Pudo costarle caro ante Gimnasia, cuando un gol en contra de Goux primero, y un penal discutido después, lo ayudaron a no sacar un resultado adverso, y decididamente lo sufrió en Bahía Blanca. Castellano dijo que entraron "dormidos". Algo de eso hubo y es un problema a corregir, sobre todo si se tiene la sospecha de que los rivales empezarán a equipararlo físicamente y se le irá achicando ese margen a favor con el que lograba obtener plusvalía.
Central sabe a qué juega, eso es una ventaja porque internaliza en los jugadores una idea de conjunto, tan necesaria para construir la identidad de equipo. También sabe que a medida que avance el torneo, la idea madre del trabajo de pretemporada puede resultar un bumerán si los resultados no se dan. Por eso es que no puede darse el lujo de regalar por actitud todo un tiempo, porque la etapa de la cosecha gruesa es hoy.



Central cometió demasiados errores en Bahía Blanca.
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