Néstor Célis, Alberto Duca, José Nicastro, Pedro Laporta, Antonio Ramírez, Juan Cerchiara, Eduardo Téllez, Roberto Puppo y Salvador Consiglio acudieron a la cita de Ovacion. No fue una ocasión más para ellos, que compartieron tantos días juntos jugando dos veces por semana en Rosario, en la provincia de Santa Fe o finalmente en Buenos Aires, cuando el maratónico Torneo Evita llegaba a su fin. Ya en esa etapa había por delante unos dos meses más, ya que los equipos de todo el país se dividían en cuatro zonas y los ganadores de cada una de ellas disputaban la ronda final por el título, y esos días se pasaban en una especie de concentración en el club Náutico Hacoaj. La consagración final además los llevó a otros diez días de vacaciones a Mar del Plata y luego a Finlandia durante un mes para presenciar los Juegos Olímpicos. Así que hubo tiempo de conocerse. Sin embargo, los derroteros distintos los fueron alejando y por eso resultó muy gratificante para ellos que Ovacion los juntara. Hubo casos inclusive, como el de Antonio Chichín Ramírez, que perdió contacto con sus ex compañeros desde aquel 52. "Hacía cincuenta años que no veía a algunos", recordó el scoreman del equipo, ubicado por Consiglio, quien se encargó de llamarlos uno por uno, como cuando los reunía para impartirles indicaciones al salir a la cancha. Otros no pudieron estar, como José Yudica, acaso el más representativo de esa camada que empezó a ser protagonista en el 50, cuando Sportivo Pasco los eliminó en la final provincial por un córner, ya que entonces en caso de empate no había penales sino acumulación de tiros de esquina a favor. Es que el Piojo fue el que más trascendió en el fútbol profesional, no sólo como jugador exquisito sino como técnico. Si bien no pudo acudir a la cita por encontrarse en Málaga, sí lo hizo Roberto Jesús Puppo, otro de los que siguió su derrotero por las canchas argentinas. "Todos los venían a ver a los pibes", recuerda el técnico Salvador Consiglio, quien relata los detalles como si fuera ayer. "Imaginate, goleábamos en todos lados, y en el 52 terminamos invictos. Me acuerdo que San Lorenzo se acercó para llevarse a todos, les daban inclusive pensión, comida y estudios pero los padres se opusieron". Yudica y Puppo inclusive saltaron de Morning directamente a la selección juvenil. Pero además de ellos, Chichín Ramírez, el goleador del campeonato con 15 tantos, estuvo en la primera de Central durante tres años para pasar luego a Unión y terminar jugando en el campo "donde se cobraba igual o mejor que en primera". La aseveración fue corroborada por Duca, integrante del primer Morning, y quien luego jugara largo tiempo en la primera de Central. "El presidente Flynn (Federico, de Central) era un vivo bárbaro. Primero arreglaba con el mejor del equipo y después con los demás y siempre nos daba menos de lo que pedíamos. A mí sólo me alcanzó para comprarme la casa pero nada más". Juan Cerchiara (finalista del Morning 51) estuvo a punto de traspasar también el umbral al profesionalismo en Lanús, "pero en ese momento había tantos buenos jugadores que era muy difícil llegar. Aparte no te olvidés que no había cambios y que la mayoría pasaba casi toda su carrera en el mismo club". Téllez, Célis, Nicastro (que no pudo jugar la ronda final porque se quebró al caerse de una bicicleta y fue reemplazado por Laporta) y Laporta no jugaron en primera pero, al igual que los que no pudieron acudir a la cita (algunos ya no están) refrendaron los momentos vividos como si fuera hoy. Claro que, cincuenta años después.
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