El titular del área de Trasplantes y Nefrología del Hospital Centenario, Osvaldo Rodenas, contó a La Capital que Manuela recorría tres veces por semana los 70 kilómetros que separan Cañada de Gómez de Rosario para hacerse diálisis, lo que indica que viajaba 420 kilómetros por semana, es decir 1.680 por mes. La niña, siempre acompañada por su madre, muchas veces luego de llegar a su casa padecía fuertes dolores de cabeza y trastornos estomacales que derivaban en vómitos, lo que le hacía perder varios días de clases. "Si todo sale bien y no rechaza el órgano, Manuela no sólo podrá hacer una vida normal sino que tendrá un desarrollo físico importante, aunque deberá tomar una medicación de por vida". El facultativo estimó que de no haber complicaciones Manuela podrá estar en su casa dentro de 30 días.
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