Los pueblos quebradeños como Purmamarca, Maimará, Tilcara y Humahuaca, unidos por la ruta nacional 9, brindan la experiencia de pasar de los 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar, hasta los 3 mil, con un paisaje que se asemeja a una paleta de pintor, cargada de conmovedores matices.
Ocres, verdes, amarillos, azules. Eso es la quebrada de Humahuaca, 130 kilómetros de belleza natural a ambos lados del río Grande. Una gama de tonos increíbles que se vuelca en las mudas laderas de las montañas norteñas.
Purmamarca, a 65 kilómetros de la ciudad de Jujuy, entre los cerros Siete Colores y Los Colorados, impacta al viajero con sus calles de tierra, sus casas bajas de adobe y techos con tortas de barro y paja.
Otro sitio que vale la pena conocer, en pleno corazón de la quebrada, es la localidad de Tilcara, la que se puede observar desde el Pucará, una fortaleza aborigen prehispánica en altura, desde donde se controla toda la zona y se ve el desplazamiento de las serpenteantes aguas del río Grande.
Con poco más de 3 mil habitantes, Tilcara concentra la mayor cantidad de museos: el Soto Avendaño, que recuerda al escultor del monumento a la Independencia, emplazado en Humahuaca; el Regional de Pintura José Antonio Terry y el Arqueológico, dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
En tanto, a 126 kilómetros de Jujuy está Humahuaca, ciudad histórica, con calles empedradas y casas al estilo colonial americano, donde funcionan el Museo Folclórico Regional y el Museo Francisco Ramoneda, pintor español que se afincó en el pueblo.
Al mediodía, desde una urna ubicada en la torre del edificio municipal, aparece en Humahuaca San Francisco Solano, bendiciendo al pueblo y a los turistas, un ritual con mecanismo de cucú esperado con entusiasmo, antes de almorzar.
Por deporte
La provincia de Jujuy ofrece al turista durante todo el año diferentes actividades. Debido a la variedad de paisajes y microclimas propone circuitos irresistibles para lanzarse a la aventura y disfrutar a pleno el paisaje, la fauna, la flora y, por sobre todo, la cordialidad de sus pobladores.
Entre las actividades de esparcimiento se destacan las cabalgatas, trekking, avistaje de fauna, aladeltismo, parapente, rappel, travesías, safaris fotográficos y montain bike. Además la región ostenta un rico legado antropológico, arqueológico, religioso y artesanal.