La oposición rechazó de manera categórica las acusaciones gubernamentales contra la Policía Metropolitana (PM) y las atribuyó a un plan para desacreditar a esa fuerza policial, "la única que protege las manifestaciones de la disidencia". El alcalde metropolitano opositor Alfredo Peña, denunció que la policía bajo su cargo ha sido atacada con armas en los últimos días por grupos apoyados por el gobierno, y no sólo ayer. "El gobierno tiene un doble discurso porque mientras llama al diálogo, al mismo tiempo arma a los grupos violentos para que ataquen a la PM porque saben que es la única fuerza que no controlan y que garantiza los derechos civiles y políticos de la oposición". Otro dirigente opositor, Leopoldo Puchi, dijo que Chávez es "el jefe de los violentos", y pretende chantajear al Tribunal Superior de Justicia para que decida a su favor en el caso de los generales encausados. "Chávez está creando el caos en la ciudad para intimidar a la población y chantajear al TSJ y a Venezuela a través de grupos financiados por el Estado. Chávez es el jefe de los enmascarados", expresó Puchi. El también dirigente opositor Julio Borges, del partido Primero Justicia, calificó de "cínica" la actuación del gobierno. "No sea ridículo, no se burle de Venezuela, el país está sufriendo demasiado para que usted venga con ese cinismo a acusar a la PM por las acciones de unos delincuentes", indicó Borges al criticar las declaraciones del vice presidente José Vicente Rangel contra la PM caraqueña.
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