Las negociaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) registraron progresos, aseguró ayer el vocero del organismo multilateral de crédito, Thomas Dawson, aunque aclaró que el país no cumplió aún con todas las precondiciones exigidas para cerrar un acuerdo e insistió en que el gobierno debe continuar trabajando en un programa económico sustentable. Aunque el gobierno nacional trató de apurar el auxilio para la Argentina esgrimiendo el peligro de contagio al resto de la región, chocó con el trato diferencial que le está dispensando el FMI a Brasil y Uruguay, y con la respuesta de que debe "seguir trabajando".
A última hora de ayer, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, envió al director del FMI, Horst Köhler, una carta en la que le hace saber que luego de las recomendaciones del equipo de "notables" se avanzó "aceleradamente en la remoción de todos los obstáculos" para alcanzar un nuevo acuerdo de ayuda financiera del organismo multilateral.
Así lo informaron fuentes del Palacio de Hacienda, quienes indicaron que en la nota el ministro manifiesta que considera que a partir de la superación de estos obstáculos la Argentina "ya está en condiciones de encaminarse hacia una nueva carta de intención con el FMI".
Más temprano, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, intentó recomponer su imagen antes de iniciar una gira por el Cono Sur al asegurar que el gobierno de George W. Bush está "ansioso" por que el Fondo cierre un acuerdo con Argentina. También afirmó que es partidario de respaldar financieramente a Brasil y consideró que Uruguay merece el "apoyo continuo" de los organismos (ver aparte).
Sin embargo, Dawson señaló que "de ninguna manera todo ha sido firmado, sellado y entregado", en referencia al acuerdo para restablecer el crédito a la Argentina, e indicó que "aún hay trabajo por hacer" en el país para acceder a la asistencia financiera. Durante una conferencia de prensa, Dawson recordó que una misión de monitoreo del FMI se encuentra en Buenos Aires trabajando con las autoridades en el desarrollo de un programa monetario y adelantó que la semana próxima el organismo enviará otra misión para discutir la política fiscal.
"Hay una misión monetaria en Buenos Aires en este momento discutiendo temas relacionados al sistema bancario. Esperamos que la semana próxima otra misión discuta temas fiscales, pero en ambas áreas todavía tiene que haber más progreso", agregó. Dawson insistió en que "claramente hubo progresos, pero todavía hay trabajo por hacer". Agregó que "también necesitamos ver cómo se desarrolla en el futuro lo que nosotros vemos como necesario, por ejemplo, cómo se desarrolla un ancla monetaria".
El FMI insiste en que Argentina debe instrumentar algún tipo de ancla a la política monetaria, como una meta inflacionaria, para evitar que se desate un escenario hiperinflacionario.
"Las conversaciones están en marcha. Creo que son buenas conversaciones. Pero bajo ningún concepto ya están todas las condiciones cumplidas, de lo contrario las misiones no estarían en Buenos Aires", dijo el vocero del FMI.
El gobierno -que ya cumplió con varias de las exigencias del Fondo- debe seguir trabajando en el diseño de un programa económico sustentable si quiere alcanzar un acuerdo con el FMI, reiteró Dawson.
Primero Brasil y Uruguay
Después de varios meses en los que la Argentina fue el tema central de las habituales ruedas de prensa en el FMI, ayer le tocó a Brasil -donde el real se sigue devaluando rápidamente- y a Uruguay, donde el gobierno mantiene el feriado cambiario y ayer se produjeron saqueos de supermercados.
Dawson dijo que las negociaciones con Uruguay y Brasil se desarrollan teniendo en cuenta de la urgencia con que esos países necesitan respuestas por parte del FMI. Las palabras "emergencia", que usó para describir las negociaciones con Uruguay, y "urgente", que aplicó a la necesidad de alcanzar un acuerdo con Brasil para calmar el nerviosismo en los mercados, no fueron mencionadas por Dawson al discutir el actual estadio de las negociaciones con Argentina.
Dawson afirmó que los mercados sudamericanos atraviesan un fuerte nerviosismo pero aún no hay contagio de la crisis argentina.
Si bien Uruguay es "claramente un caso de contagio relacionado con Argentina, los otros países en Sudamérica tienen cada uno su propia historia", indicó el vocero, aunque admitió que el nerviosismo de los mercados se ha extendido en la región.
La ayuda financiera que espera el gobierno del presidente uruguayo Jorge Batlle es del orden de los 1.500 millones de dólares, que permitirían reforzar las reservas internacionales del país, que cayeron a 655 millones de los 3.100 de principios de año.
El gobierno de Duhalde agitó el jueves un contagio de la crisis argentina a la región para apurar una asistencia del FMI, pero el organismo volvió a darle la espalda y dio un trato diferente a Brasil y Uruguay.
La estrategia del contagio que lanzó el gobierno para que el FMI aborde en conjunto la crisis regional y acelere una ayuda financiera a Buenos Aires, chocó nuevamente con el anuncio del organismo que entreabrió las puertas a sus vecinos pero las cerró por ahora para Argentina.
Al respecto, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, pidió que el FMI "acelere sus tiempos y, en concreto, en el caso de Argentina, apurar el acuerdo para que esa también sea una señal positiva de fortalecimiento en la región".