Las fundiciones son tan antiguas como la ocupación del país por los españoles a comienzos del XVI. Pero la explosión de la producción metalúrgica llegó de la mano del desarrollismo a fines de los 50 con el proceso de sustitución de importaciones implementado bajo la presidencia de Arturo Frondizi y que llegó hasta mediados de los 70.
La instalación de los grandes hornos Siemens Martin a lo largo de los años cuarenta en zonas portuarias como el Gran Rosario o Villa Constitución sirvió como sustento para la aparición y crecimiento de un sinnúmero de pequeñas y medianas empresas a su alrededor como un efecto derrame de la producción local acero y otras aleaciones.
La industria metalmecánica fue junto con la agricultura y en menor medida los textiles, los impulsores de la economía en la región durante décadas así como un importante generador de fuentes de trabajo.
La interrelación entre las empresas metalúrgicas permitió contrarrestar durante muchos años la falta de escala. Sin embargo, después de la apertura económica a principios de los 90, con la desaparición de las barreras arancelarias y la instauración de la convertibilidad, se profundizó la crisis en el sector y pasó a ser uno de los más castigados en Argentina.
Aunque desde los 80 se venía desbarrancando el sector por la fuerte contracción de la economía argentina, los cierres de pymes y de expulsión de mano de obra fueron incontables durante toda la década pasada.
Consolidación y después
Un proceso que se agudizó con la privatización de los grandes establecimientos industriales estatales como Somisa, a manos de conglomerados que ya actuaban en el rubro metalúrgico, que posteriormente integró la producción junto con sus empresas.
Como contracara, las corporaciones lograron transformar el negocio alcanzando escala y competitividad para la colocación de su producción en terceros países.
De todas formas, la mayoría de los talleres, matricerías, fundiciones, forjadoras, tornerías, autopartistas, bicipartistas, repuestos y fábricas del sector están constituidas por estructuras familiares desde su creación.
En el Gran Rosario existen en la actualidad existen 1.911 empresas, de las cuales la gran mayoría vive exclusivamente del mercado interno y una cuarta corre el riesgo de desaparecer.
Según la Asociación de Industriales Metalúrgicos, la metalmecánica da trabajo a 11.871 obreros y a cerca de dos mil personas más entre personal administrativo, técnicos, ingenieros y directivos.