Año CXXXV
 Nº 49.545
Rosario,
sábado  20 de
julio de 2002
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Rosario Central
En su despedida de Salta, Central venció a la reserva de River

Mauricio Tallone / La Capital

Salta (enviado especial). - El plato de despedida de la serie de amistosos que disputó Central en Salta dejó un variado menú de sensaciones. Por ejemplo el triunfo de anoche por 3 a 2 ante la reserva de River legitimó que el contenido futbolístico con el que llegarán los canallas al partido del viernes por los puntos ante San Lorenzo encadena una sumatoria de aciertos. Pero también dejó en evidencia que es un equipo que todavía conserva parámetros de actuaciones intermitentes. Quiere siempre, no espera su suerte a la luz de un capricho del destino, pero según cómo se levanta concreta en proporción a la posesión de la pelota. Entonces ese diagnóstico involucra el semblante de un equipo con rasgos contradictorios: contundente y demoledor contra Chicago, pertinaz en una búsqueda sin concreciones frente a Juventud Antoniana y nuevamente intuitivo para definir ante los pibes millonarios.
Ante ese plano de indefinición futbolera, de movida anoche se construyó un trámite aleado a las dos caras de la moneda. Por un lado, la propuesta contemplaba la dignidad de su vocación ofensiva. Mientras que River eligió responder con el contraataque.
Por eso los primeros minutos estuvieron gobernados por las imprecisiones. Como Arriola lucía inconexo, Vitamina se perdía en la iniciativa por encontrar receptores para su apuesta asociada. Esa aplicación para cubrir la geografía desde la mitad de la cancha hacia adelante, trocó en impericia cuando Figueroa se perdió el gol ante una buena respuesta de Carrizo y después cuando Mandra la punteó y se fue apenas.
Pero de a poco, el maquillaje colectivo de los canallas obsequiaba algunas mutaciones para remarcar. Por ejemplo, Marcelo Quinteros empezó a hacer pie en la presión y el tándem Arriola-Mandra se decidieron a probar el dulzor de sus recetas goleadores. Primero el Tom la puso rasante ante la salida de Carrizo y después el ex Chicago sacó un zurdazo terrible que se coló en el ángulo.
Por el peso de las individualidades y sustentado en otro ritmo de juego, Central se acomodó a hacer correr la pelota sin más ánimo que terminar el primer tiempo. Sobre todo cuando a los 37' Menotti se vio obligado a cambiar el dispositivo por la salida de Daniel Quinteros y el ingreso de Erroz. Esta modificación corrió al Chelo Quinteros al medio y el Vasco se quedó por derecha.
En el complemento la aceleración de River le dio forma desprolija al traslado. Entonces hubo un lapso en que se deshilachó el partido y la impresión que gobernaba indicaba que otro gol de Central sólo podía venir por un correlato de equivocaciones. Y se dio nomás, Arriola puso el tercero tras una falla de Carrizo.
Recién en los minutos posteriores, Ghiso arrió la bandera de una posible recuperación con los ingresos de Ludueña y Garat. Resultado: tuvo más presencia en el área y sobre el final el mismo Ludueña y Cocchas achicaron las cifras.
A esta altura, Menotti ya había introducido muchos cambios reposando la lupa en San Lorenzo y el partido se murió con un Central abandonando Salta y pensando en la cita del viernes en Rosario.



Los canallas dejaron el Norte con un triunfo por 3 a 2. (Foto: Néstor Juncos)
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