Año CXXXV
 Nº 49.539
Rosario,
domingo  14 de
julio de 2002
Min 5º
Máx 16º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Una crisis global que ataca desde la periferia
El investigador Mario Rapoport analiza los escándalos en el marco de la recesión internacional

A pesar de que muchos analistas y economistas de primera línea señalaron que la economía estadounidense había pasado el chaparrón recesivo, el historiador económico y catedrático de la UBA, Mario Rapoport, dijo que la caída de las corporaciones es una confirmación de que la crisis que comenzó en el Sudeste asiático aún no terminó, y que en Estados Unidos comenzó un año antes de los atentados del 11 de septiembre que es donde mucho sitúan el inicio de la recesión. Rapoport señaló que lo que "confunde" en el análisis de la actual crisis económica es su comienzo: desde la periferia al centro y no al revés como sucedió en la década del 30.
-¿Qué consecuencias tendrán las quiebras de corporaciones estadounidense en Latinoamérica y, en particular, Argentina?
-Seguramente sus filiales también tendrán problemas, pero más graves aún que la situación por la que atraviesan las filiales de bancos extranjeros en Argentina respecto de la casa matriz.
-¿Estos escándalos financieros dan por tierra la teoría de que Estados Unidos dejó atrás un período recesivo?
-Así es. Estamos frente a una recesión económica a nivel mundial, la cual alcanzó a Estados Unidos un año antes de los ataques del 11 de septiembre del año pasado, comenzando por la caída de las acciones de las empresas relacionadas con nuevas tecnologías. Esto es una expresión más de lo que venimos señalando desde la crisis del Sudeste asiático, que continúa en Rusia en el 98, Brasil 99 y después Argentina. Es lógico que los efectos alcancen a Estados Unidos, más allá de que se originaron en economías periféricas. Por un lado, porque en la última década en estos países existió una fuerte circulación de capitales provenientes de los países industrializados; y por el otro, porque son economías que tienen repercusiones en los movimientos comerciales. Aunque en Estados Unidos el sector externo representa sólo el 12% del PBI, también en el frente interno se produjo un proceso de valorización del capital que no se corresponde con el movimiento de la economía real.
-¿Qué diferencias existen entre la crisis del 30 y la actual?
-La crisis del 30 fue terrible para todo el mundo, y en algunos aspectos la economía era más frágil que la actual en la medida que no existían instituciones internacionales, las cuales se crearon justamente para evitar repetir la historia. Lo que confunde es que en 1929 la crisis empezó en Wall Street y se expandió al mundo y ahora comenzó en la periferia. Una diferencia de origen.
-¿La crisis puede afectar aún más la posibilidad del arribo de fondos frescos al país?
-Pero esto puede tener efectos negativos y positivos. Como negativo es que aquí sólo habrá un movimiento contable para postergar los pagos de deuda. Sin embargo, a otro nivel nos permite pensar más en recentrar más la economía argentina, donde puede llegar capital externo, que no significa que sea positivo, también puede conllevar efectos nocivos. Depende del tipo de capital que arriba: especulativo o productivo. En el exterior existen 120 mil millones de dólares de argentinos, para los cuales hay que hacer políticas activas para repatriarlos. La crisis actual demuestra que puede haber acumulación de capital en países periféricos y un ejemplo es Brasil.


Notas relacionadas
Corporaciones, con escándalos en la alcoba
El caso Enron fue sólo el primero de una larga lista
Diario La Capital todos los derechos reservados