Las estancias de la provincia de Santa Fe abren sus tranqueras de par en par con motivo del inicio de las vacaciones de invierno. Con una excelente combinación de recursos naturales y culturales, servicios de alojamiento y gastronomía y diversas propuestas recreativas, la bota santafesina propone escenarios ideales para disfrutar del turismo rural, modalidad que en los últimos años experimentó un auge notable, alentado por la necesidad de las familias de escaparle a los centros urbanos, al menos por unos días. Además de colaborar en la creación de empleo, fomentar el arraigo en el campo y reconvertir la actividad económica del sector, el turismo rural motivó la instalación en distintos sectores de la provincia de granjas y huertas orgánicas, reservas de fauna autóctona y criaderos artificiales de peces. Durante la visita a los establecimientos campestres es posible compartir un exquisito asado, tomar una siesta bajo los árboles, emprender una caminata a campo abierto, disputar un partido de bochas o degustar un mate cocido acompañado con tostadas de pan casero. Placeres sencillos, cotidianos en el campo, pero que en la vorágine de las ciudades se convierten en utopías.
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